El mercado interno de carnes cerrará el año 2025 con un nivel de consumo de proteínas animales que se ubica entre los más altos de la última década. De acuerdo con las estimaciones del Instituto Nacional de Carnes (INAC), el consumo total alcanzará los 100,5 kilos por habitante, lo que representa un incremento de 1,2 kilos respecto a 2024 y consolida a Uruguay como uno de los principales consumidores de proteína animal a nivel mundial en términos per cápita.
Durante la jornada de cierre de año del organismo, el director de Información y Estadísticas de INAC, Ing. Agr. Jorge Acosta, confirmó que el país se ubicará nuevamente en torno a los 100 kilos de consumo promedio, señalando que "Uruguay es un consumidor importante de proteína en el mundo en términos promedio". El técnico explicó que el crecimiento se observa en prácticamente todas las carnes, con excepción de la ovina, que registra una retracción tanto en consumo como en volumen comercializado.
Este aumento del consumo se produce en un contexto de subas de precios al público que, en varios casos, se ubicaron por encima de la inflación general. A pesar de ello, la demanda interna se mantuvo sostenida, lo que reafirma el peso cultural y nutricional que tiene la carne en la dieta de la población uruguaya, así como la capacidad del mercado para absorber mayores volúmenes incluso en escenarios de mayor presión sobre los precios.
Cambios en la estructura del consumo y origen de la carne
El crecimiento del consumo per cápita estuvo acompañado por modificaciones relevantes en la estructura del mercado, particularmente en lo que refiere al origen de la carne que abastece al consumo interno. Según el informe de INAC, el volumen de carne de origen importado aumentó durante 2025, mientras que la carne de origen nacional mostró una disminución, lo que derivó en una reducción de la participación de la producción local en la comercialización total.
Entre enero y octubre, el volumen total de carne comercializada en el mercado interno registró un aumento acumulado de 1,5%, con comportamientos diferenciados por especie. La participación de la carne nacional descendió de 69,2% a 67,4%, reflejando una mayor presencia de carne importada, especialmente en las categorías bovina y porcina.
Acosta explicó que este fenómeno se vincula directamente con el desempeño exportador del país. "Si lo atamos con que crece la faena y crece la producción, quiere decir que también hay algún kilito más que se destina al mercado externo, y eso se compensa con carne importada", señaló. De esta forma, Uruguay logra sostener un elevado consumo interno sin resignar su posicionamiento como exportador relevante de carne bovina.
Desempeño por tipo de proteína animal
La carne bovina se mantiene como la principal proteína consumida en el país, con una proyección de 49,4 kilos por habitante, lo que implica un aumento de 1,1 kilos frente a 2024. El volumen comercializado de carne vacuna creció 2,6%, impulsado fundamentalmente por un incremento del 16% en la colocación de carne importada, mientras que la carne bovina de origen nacional cayó 2,1% en el mercado interno.
La carne aviar se consolidó como la segunda proteína más consumida, alcanzando un consumo estimado de 25,7 kilos por persona, con un aumento interanual de 0,2 kilos. En este caso, el crecimiento se explicó mayormente por la producción nacional, que subió 0,9%, acompañada por un leve incremento de las importaciones del 0,2%, manteniendo una estructura de abastecimiento relativamente estable.
En tanto, la carne porcina registró un consumo proyectado de 23,1 kilos por habitante, también con una suba de 0,2 kilos respecto al año anterior. El volumen comercializado aumentó 1,1%, con incrementos tanto en la producción local (+1,4%) como en las importaciones (+1,1%), reflejando un mercado dinámico y en expansión sostenida.
La carne ovina, por su parte, presentó el comportamiento más contractivo. El consumo promedio se estimó en 2,3 kilos por persona, con una caída de 0,3 kilos frente a 2024. El volumen comercializado mostró una reducción marcada del 36,6%, tendencia que se replica tanto en la oferta como en la demanda, y que responde a factores estructurales del sector ovino.
Evolución de precios al consumidor
El desempeño del mercado interno estuvo acompañado por aumentos generalizados en los precios al público. De acuerdo con los datos acumulados a noviembre, la carne bovina registró una suba nominal del 9,1%, mientras que la carne aviar aumentó 11,3% y la porcina 7,2%. El mayor incremento correspondió a la carne ovina, con una suba del 27,1%, en un contexto de menor oferta y fuerte retracción del volumen disponible.
Acosta destacó que, pese a estos aumentos, el consumo no se vio resentido de manera significativa. "A pesar de los crecimientos por encima de la inflación de los precios, este año vamos a ver algún kilito más que se consuma", afirmó, subrayando la fortaleza de la demanda interna y la centralidad de la carne en la canasta alimentaria de los hogares.
El director de INAC recordó que la metodología de cálculo del consumo per cápita se basa en la totalidad de la carne que se mueve en el mercado interno, dividida por la cantidad de habitantes, lo que permite obtener una visión global del consumo promedio, más allá de las diferencias individuales o regionales.
Distribución del consumo y enfoque nutricional
Más allá del récord de consumo per cápita, desde INAC se puso énfasis en la necesidad de analizar cómo se distribuye ese consumo dentro de la población. Acosta remarcó que el promedio de 100 kilos no refleja la realidad de todos los hogares, ya que "hay gente que come más de 100 kilos y hay gente que no llega a esos niveles".
El jerarca señaló que este aspecto constituye un eje de trabajo prioritario para el instituto, en coordinación con el Ministerio de Salud Pública y otros organismos del Estado. "No nos basta con los 100 kilos, sino que esos 100 kilos se distribuyan de una forma adecuada", expresó, destacando la importancia de garantizar el acceso a proteínas de alto valor biológico en etapas clave del desarrollo.
En ese marco, INAC participa en programas orientados a mejorar el consumo de carne en poblaciones vulnerables, especialmente en embarazadas y niños, considerando que se trata de un alimento de "altísima calidad" con requerimientos nutricionales específicos en las primeras etapas de la vida.
Jueves 18 de Diciembre, 2025 106 vistas