Los perros de Armando: La inutilidad del perro

Por Armando Guglielmone
Resulta contradictorio que siendo yo uno de los que constantemente más defiende la capacidad de los perros para multiplicidad de tareas me refiera a ellos de esta manera. Pero, así como muchas veces tenemos cosas que no las usamos para nada, tenemos perros que no los usamos para nada de lo que estos puedan hacer. Muchas veces, la mayoría tal vez, está justificado, pues la tarea más importante de estos es la compañía, no importa si es un chihuahua y su ineficacia como perro de protección o un mastín de 70 kilos con su incapacidad de echarse en nuestro regazo. 
Para el común de las personas un perro representa un amigo que nos acompaña siempre, uno que no le importa escucharnos, que siempre está dispuesto a caminar con nosotros o a simplemente echarse a nuestro lado mientras mateamos. Pero hay perros que se necesitan para tareas específicas y bien adiestrados y entrenados, son invaluables, pero si los tenemos para engañarnos nosotros mismos son casi inútiles. Así como hay gente que tiene un perro para trabajar en el campo y que nunca fue bien enseñado, ya que aprendió sobre la marcha, en base a ensayo y error, uno al verlos puede darse cuenta, si entendemos del tema, de los errores que comete, no por el perro mismo, si no por lo amateur de la enseñanza. Gasto innecesario de energía, stress innecesario del ganado, del propio perro también, pero nada lo obliga al propietario a hacerlo de manera correcta. 
Lo mismo se podría decir de los perros que se podrían usar para caza y no se usan, o al menos no de una manera más eficaz, ya que muchas de las razas usadas tienen suficientes capacidades como para realizarlo. Pero al igual que en el ejemplo anterior, nada los obliga a hacerlo de mejor manera. Ahora, hay perros de los que se espera que hagan cosas determinadas, y de la mejor manera posible, ya que estarían cumpliendo una tarea importante y medias tintas no alcanzan. Nadie pondría a un ciego a ser conducido por un perro lazarillo si este no sabe hacer bien su tarea ya que estaría poniendo en riesgo al invidente, es una cuestión de conciencia, o se hace correctamente o no se hace. 
Pero hay casos en los que pareciera alcanzar aparentar una cosa para cumplir con la tarea, y como la gran mayoría de las personas tienen pálida idea de si están haciendo bien esta, no importa. Acá solo importa la valoración ética sobre lo que hace el perro, del guía. He visto noticias en los cuales se hacen arrestos o allanamientos en los que los efectivos buscan a ojo y mano entre yuyos y arbustos, no hay perro asistiendo, y si lo hubiera, de seguro estaría parodiando. La semana pasada hubo en Durazno, en la base de la fuerza aérea, una exhibición de medios y una demostración de perros militares realizando ataques. El grado de mediocridad expuesto fue increíble, pero claro, el público no sabe cómo sería la manera correcta de un trabajo hecho de manera ideal, el fin estaba logrado, montar un show. Es verdad que muchas veces los guías piensan que así está bien pues así se les ha enseñado, y cuando ellos lo hacen de esta manera, son aprobados. 
Pero no nos engañemos, en esta era de internet hay suficiente material de calidad para ver como se hacen bien las cosas, y si no sabemos cómo realizarlas, buscamos quien nos enseñe. Pero sería bueno dejar de engañar y de engañarse uno mismo, haciendo cosas mediocres que hacen ver la inutilidad de tener un perro.