El Centro de Innovación y Capacitación Ovina Ing. Agr. Mario Azzarini (CICOMA), ubicado en Colonia Lavalleja, departamento de Salto, del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), celebró diez años de actividad presentando la evolución de su sistema productivo y los principales aprendizajes generados en el predio. El Ing. Agr. José Ignacio Aguerre, responsable del centro, destacó que la experiencia acumulada refleja un proceso continuo de ajustes orientados a mejorar la productividad ovina y la eficiencia global del establecimiento.
Aguerre recordó que el centro fue puesto en marcha gracias al trabajo del Ing. Agr. Rubén Argelaguet, quien lideró la organización inicial del predio. "Él fue quien logró poner esto en marcha, lo cual es un gran trabajo que hizo el técnico del SUL en sus inicios", señaló. Desde entonces, el objetivo ha sido que CICOMA funcione como un establecimiento comparable a los sistemas reales de la zona norte del país, enfrentando las mismas limitantes y buscando soluciones aplicables por los productores.
Con cargas estables de entre 2,5 y 3 ovinos por hectárea, el centro ha desarrollado distintos modelos productivos, desde sistemas orientados al Merino Australiano en pureza hasta esquemas de cruzamientos terminales y, más recientemente, propuestas basadas en la venta de corderos pesados Merino y corderos cruza. Aguerre subrayó que el predio intenta representar la realidad de la región: "Es un centro que se parece mucho a un establecimiento similar a lo que hay en la zona norte. Tiene los mismos problemas, trata de producir bien con las dos especies y lo logra".
Evolución de los sistemas ovinos
A lo largo de la década, CICOMA incorporó diversos modelos de majadas, evaluando resultados en producción de lana, carne y señalada. El centro ha trabajado con Merino Australiano puro, con majadas prolíficas como Corriedale Pro y con esquemas de cruzamientos orientados a maximizar la producción de carne. La estrategia vigente hoy busca combinar corderos pesados Merino con una parte de la majada destinada a la producción de corderos cruza.
El técnico detalló que se han logrado mejoras significativas en parámetros productivos a partir de un paquete tecnológico replicable por los productores comerciales. "Nosotros hoy en día con estas ovejas Merino hemos pasado de 20,5 micras a 16,6, lo hicimos con carneros con EPD, como lo puede hacer el productor", afirmó. La señalada se ha mantenido entre 85 % y 100 %, en tanto la sobrevivencia en recría supera habitualmente el 95 %.
Los ajustes de manejo han sido centrales en estos resultados. Aguerre explicó que se reservan potreros para destete tardío cuando las condiciones climáticas lo requieren y que se suplementa a los corderos con 200 gramos de maíz, una herramienta de bajo costo que incrementa la sobrevivencia. "Aumentamos drásticamente la sobrevivencia. Es un paquete muy adaptable, que el productor ve acá y dice: tengo que mejorar esto, lo puedo", afirmó.
Integración ovino-vacuno
Uno de los ejes del trabajo del centro ha sido demostrar la complementariedad productiva entre vacunos y ovinos. En los diez años de funcionamiento, el predio ha explorado sistemas de cría, recría y, más recientemente, una combinación de cría e invernada. La transición hacia este último modelo ha estado condicionada por las variaciones del mercado y los impactos climáticos, especialmente en los ejercicios 2022-2023, pero se encuentra en fase de consolidación.
Aguerre destacó que el predio mantiene una relación vacuno/ovino de entre 4 y 7 a 1, bastante más alta que la media regional, sin comprometer el desempeño de ninguna de las dos especies. "Aquí hace diez años que tenemos una relación a la vacuno que está entre cuatro y siete a uno, bastante más alta de lo que es la mayoría de los predios de la zona, y aun así logramos producir muy buenos vacunos para embarque, muy buenos terneros para cuota o muy buenos novillos y vaquillonas para la industria", explicó.
El técnico atribuyó este resultado a un manejo centrado en la oferta forrajera ajustada, evitando los déficits severos de pasto que deterioran tanto la ganancia de peso como la eficiencia ovina. "Nosotros aquí no trabajamos cortos de pasto. Tenemos que trabajar con pasto, como recomiendan muchas instituciones", indicó. Cuando este principio se sostiene, ambas especies muestran desempeños estables y compatibles. Además, los ovinos del centro aportan un ingreso consistente: "La oveja consistentemente da más de 100 dólares por hectárea por año aquí".
Impacto climático
Los diez años de funcionamiento del CICOMA han atravesado eventos climáticos severos, entre ellos sequías relevantes en 2017-2018, 2021-2022 y la generalizada del 2022-2023, que afectó de manera significativa a la región norte. En cada una de estas etapas el predio sufrió pérdidas de praderas y costos adicionales asociados a la reposición forrajera, condiciones que fueron incorporadas a los informes técnicos para reflejar la realidad del manejo comercial.
Aguerre remarcó que esta transparencia constituye uno de los valores principales del centro. "Todas esas pérdidas afectan en este centro igual que a cualquier otro, y cuesta plata. Ese costo también se muestra todos los años en los resultados y le da credibilidad a los números", afirmó.
A pesar de las adversidades, el técnico insistió en que los sistemas demostrados en CICOMA son replicables y permiten mejorar resultados económicos en condiciones reales de producción. "Aquí hemos tratado de demostrar que tecnologías que ellos pueden aplicar pueden tener un impacto", señaló, enfatizando que el centro evita el uso de tecnologías o inversiones que no estén al alcance del productor comercial promedio.
Perspectivas del centro
A diez años de su puesta en marcha, el CICOMA se consolida como un espacio de referencia para productores del norte del país. El predio continúa enfocándose en la mejora de la señalada, los aspectos sanitarios y la producción conjunta de carne y lana, buscando transmitir prácticas simples, viables y sustentadas en resultados económicos comprobables. Aguerre destacó que aún existen muchas áreas para seguir mejorando y que esa necesidad de ajuste permanente es uno de los elementos que genera atractivo para los productores.
"Hay muchas cosas para mejorar acá, que es lo que hace también que sea un motivo de atractivo para que los productores vengan y nos acompañen", expresó para cerrar su intervención. El centro proyecta seguir profundizando el trabajo en esquemas de producción ovina intensiva en combinación con vacunos, manteniendo el foco en la productividad, la estabilidad del sistema y la aplicabilidad de las recomendaciones en los predios del norte del país.