Por el Padre Martín Ponce De León
Julio no era su nombre, pero todos lo llamaban por dicho apelativo. Solía decirme que su nombre era Ezequiel “con doble z”.
Por el Padre Martín Ponce De León
Como no podía ser de otra manera, la humanización de Dios en su hacerse hombre, era una realidad temporal. No podía ser una realidad que se prolongase indefinidamente en el tiempo, puesto que no habría respetado lo perecedero de la condición humana.
Por el Padre Martín Ponce De León
Hacía tiempo me habían realizado una invitación que, sinceramente, me atraía. Era pasar unos días “afuera”. La sola idea de estar a solas y en medio de una abundante tranquilidad, atraía mi atención.
Por el Padre Martín Ponce De León
Por esos imponderables que la salud nos puede deparar, cuando quise darme cuenta, me encontraba internado en una pieza de un sanatorio. Era una experiencia totalmente novedosa para mí y, como tal, intenté vivirla.
Por el Padre Martín Ponce De León
Llegué a Julia Navarro con “La hermandad de la Sábana Santa” y “La Biblia de barro” y su lectura me resultó por demás interesante. Sus libros siguientes hablaban más de la condición humana desde contextos de la segunda guerra o la revolución española.