Por el Padre Martín Ponce De León
Se llegó hasta un lugar y, con insistencia, miraba hacia adentro. Del interior de ese lugar salieron a preguntarle si necesitaba algo y su respuesta fue insólita: “Necesito un saludo”
Por el Padre Martín Ponce De León.-
En diversas oportunidades he escrito sobre esta oración, pero nunca será un tema ya demasiado trillado o sabido.
En muchas oportunidades he hablado de que la misma no se limita a ser una fórmula.
Por el Padre Martín Ponce De León
Julio no era su nombre, pero todos lo llamaban por dicho apelativo. Solía decirme que su nombre era Ezequiel “con doble z”.