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Justicia de Bolivia envió pedido de extradición para el ex sacerdote acusado de abusar de unos 30 niños

La Justicia recibió el pedido formal de extradición del excura uruguayo Juan José Sant’Anna, acusado públicamente de abusar de 30 niños en una comunidad de Bolivia en el año 2007. Estuvo 17 años prófugo de la Justicia boliviana, pero se lo halló en su escondite en Salto este agosto y un mes después, desde Bolivia se emitió una alerta roja de Interpol pidiendo su detención. Desde ese momento, Sant’Anna está preso en Uruguay esperando que avance el trámite de su extradición. La solicitud de extradición, enumera los hechos por los que eventualmente será enjuiciado en Bolivia. A su vez, el documento cita a un testigo que afirma que Sant’Anna le reconoció haber cometido los crímenes. Si el Estado uruguayo concede la extradición, será enjuiciado en Bolivia por “abuso deshonesto agravado”.
SU RECORRIDO
Su recorrido comenzó en 1989 cuando ingresó al aspirantado de la Congregación Salesiana de la Iglesia Católica uruguaya. Unos 10 años después, abandonó esa idea. Registros de esa década apuntan a que tuvo dificultades “para la vida en comunidad”. Cuando dejó la congregación “lo hizo tras una serie de valoraciones críticas por parte de sus formadores que apuntaban a que no fuera a ser ordenado sacerdote en los salesianos, en la línea ya mencionada de dificultades para la vida comunitaria”, aclaró el actual inspector de la Congregación Salesiana, Francisco Lezama, para el informe publicado en agosto. En 2005, con 36 años, se ordenó sacerdote en una diócesis de Tapacarí, Cochabamba (Bolivia) y pasó a formar parte de ala masculina del internado Ángel Gelmi. Allí había 125 alumnos, 72 de ellos de entre ocho y 17 años. No fue hasta el 27 de octubre de 2007 que las autoridades bolivianas comenzaron a estudiar la posibilidad de que Sant’Anna hubiera llevado adelante allí una ola de abusos.
EXTRADICIÓN
La solicitud de extradición establece que en esa fecha, en mérito de una carta enviada por las hermanas del internado, comenzó la investigación. Tres días después, las autoridades concurrieron al lugar junto a psicólogas y “constataron” que el cura “agredió sexualmente a los internos del hogar que oscilan entre los seis y 18 años de edad, el primero de 14 años de edad fue llevado a su cuarto con promesa de ver videos”. Una vez que los engañaba para que fueran a su dormitorio, abusó sexualmente de él mediante tocamientos e intentó violarlo. Pero en ese momento, el adolescente salió corriendo del cuarto. Él mencionó que a otros cuatro internos les hizo lo mismo. Su modus operandi, refleja el petitorio, era siempre el mismo, salvo pequeñas diferencias.