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Latidos Olvido de pago, gestiones frustradas y más...

OLVIDO DE PAGO 

Una empresa con una trayectoria de años como "buen pagador" ante el Banco de Previsión Social (BPS), manteniendo sus obligaciones al día incluso en los momentos económicos más adversos, vio empañado su historial por un simple olvido en el mes de septiembre.
El desliz ocurrió el pasado 19 de septiembre, fecha límite para el pago. La empresa efectuó la transferencia tan solo un día después, pero el retraso, por mínimo que fuera, le significó la aplicación inmediata de una multa. Ante esta situación, la dirección de la empresa recordó la existencia de una herramienta legal que podría eximirla de la sanción, amparándose en su conducta fiscal ejemplar. Se trata del Artículo 94 del Código Tributario (sustituido por la Ley N° 16.869), que establece:
"los organismos recaudadores pueden, por acto fundado, aceptar el pago sin multa ni recargos si el contribuyente tiene antecedentes de buen pagador de por lo menos un año, siempre que el pago se efectúe dentro del mes de vencimiento de la obligación tributaria."
GESTIONES FRUSTRADAS Y SILENCIO OFICIAL
El periplo de la empresa para ejercer su derecho y solicitar la exención de la multa, no obstante, ha sido infructuoso. Inicialmente, el empresario presentó una carta ante la gerencia local del BPS, donde se le informó que esta gestión específica solo se tramita por la vía online.
Tras seguir la indicación y realizar la gestión por internet, la empresa denuncia que "nunca recibió respuesta" por parte del organismo.
En un intento desesperado por obtener una solución o al menos una comunicación, se recurrió al call center del BPS, el 0800 2001. Durante una semana, se realizaron llamadas diarias en diferentes horarios, solo para encontrarse repetidamente con el mismo impedimento: la escueta respuesta de "no hay operadores disponibles".
El caso pone en evidencia los obstáculos burocráticos que enfrentan los contribuyentes, incluso aquellos con un historial fiscal intachable, al intentar resolver situaciones puntuales que podrían ser contempladas por la ley.
SALUD PREVENTIVA

El encuentro entre amigos, habitual en la rutina social, se tornó en un espacio de profunda reflexión al abordar un tema que preocupa a muchos: la calidad de vida en la tercera edad. La conversación giró rápidamente hacia la salud de los parientes mayores, con un cuestionamiento central: “¿Para qué llegar a esta edad sin tener una vida digna?”
Uno de los contertulios enfatizó que un final digno es, en gran medida, una construcción personal basada en la prevención: llevar una vida sana, caminar a diario y realizar ejercicios de musculación. Sin embargo, fue el testimonio del otro amigo lo que ilustró de manera cruda la dificultad de acatar estas rutinas.
CONSEJO MÉDICO QUE DESPERTÓ CONCIENCIAS
El protagonista del relato, con una "sonrisa de vergüenza", confesó su experiencia en su reciente chequeo anual. Detalló su hábito de realizarse exámenes rigurosos y presentarlos puntualmente a su doctor, pero admitió que los consejos recurrentes del profesional "nunca los acaté".
Este año, la respuesta del médico fue inusual y contundente, según el testimonio:
“Fui, el doctor miró la hoja, la leyó detenidamente y en forma despectiva la dejó a un lado y le dijo: ‘Esta vez no te voy a decir nada, porque nunca seguiste mis consejos, por tanto de aquí en más hacé lo que quieras.’ Se levantó, me extendió la mano y se despidió…”
LA PROMESA DE UN CAMBIO 
La reacción del médico, que prescindió de las habituales exhortaciones, funcionó como un espejo para el paciente. El gesto de dejar de lado los análisis y la drástica despedida se interpretó como una dura advertencia sobre las consecuencias de la inacción.
A raíz de este encuentro y del sentimiento de humillación ante el profesional, el paciente se hizo una promesa personal: comenzar un régimen de ejercicios y adelgazamiento con el objetivo de asegurar, al menos en el futuro, la "vida digna al final del camino" que tanto anhelan sus pares. El relato subraya el desafío que representa para muchos la disciplina preventiva frente a las proyecciones de una vejez saludable. 
LA RUTA 31: ETERNA OBRA 
La Ruta 31, que conecta Salto con Colonia Itapebí, vuelve a ser un foco de atención y frustración, evidenciando la persistencia de problemas de infraestructura a pesar de los cambios en la cúpula del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP).
Desde hace quince años, la mencionada ruta ha sido objeto de intervenciones por parte del MTOP, sin que se vislumbre un final definitivo a las obras. El ritmo de avance ha sido un punto de crítica recurrente, especialmente tras el nombramiento de la actual ministra, Lucía Etcheverry, oriunda de Salto.
Al asumir su cargo hace nueve meses, la Ministra Etcheverry se caracterizó por ser dura crítica de la gestión anterior del MTOP. Sin embargo, en el presente, las soluciones definitivas para problemas históricos no parecen materializarse a corto plazo. 
La lentitud en los trabajos es palpable: se recuerda que pasaron años solo para pintar el tramo esencial que garantiza una circulación segura durante la noche.
A pesar de los esfuerzos, la situación actual obliga a las autoridades a emitir alertas constantes. El MTOP sigue llamando a la prudencia, solicitando a los conductores transitar con extremo cuidado debido a las labores de mantenimiento que persisten en la vía, prolongando la incertidumbre sobre cuándo los habitantes de la zona podrán contar con una infraestructura vial completa y moderna.
Nota de redacción: Con la ministra hemos intentado hablar, pero no atiende el teléfono y no devuelve llamadas.