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Siete etapas y más de 300 participantes en el Primer Campeonato Nacional de Marchitas

Este pasado fin de semana, en Cerro Largo, se completó el primer Campeonato Nacional de Marchitas, organizado por la Sociedad de Criadores de Caballos Criollos del Uruguay (SCCCU), una propuesta que reunió a más de 300 animales en siete exigentes etapas disputadas en distintos puntos del país. 
Categoría 75 kilos 
El primer lugar del campeonato, en la categoría 75 kilos, quedó en manos de Hechicera 90 de NC, de cabaña L'Aripuca, montada por Bautista Panizza Postiglione. El binomio finalizó con un tiempo acumulado de 8:57:28. "Fue una carrera difícil, la yegua tiene una renguera (en la última etapa), pero no le hizo nada y bueno, se dio", explicó el jinete. Para Panizza, "es muy poco el tiempo de descanso entre las etapas y la verdad que es una yegua muy buena y hay un gran equipo detrás".
El segundo puesto fue para Certeza Gaiteira, de cabaña Flor de Ceibo, que acumuló 9:11:37. Su jinete, Gerónimo Esteves, dijo que el campeonato "la verdad estuvo muy bien; una adrenalina tremenda se vive acá cada domingo". Destacó además el compromiso familiar que respalda su participación: "Mi hermano, mi padre y todo el equipo de laburo están día a día con la yegua. Ellos hacen que todo esto sea posible".
En tercer lugar se ubicó Perspectiva de La Lusitana, de Fernando Vandelli, con un tiempo de 9:14:44 y en cuarto lugar se posicionó Avispa La Pitanga con Federico Lorenzelli Herrmann y un tiempo de 9:35:17.
Categoría 90 kilos
En la categoría 90 kilos, la victoria quedó en poder de Yalera San Telmo, representando a la cabaña San Telmo de Horacio y Diego De Brum, con un tiempo acumulado de 8:55:06,2 tras completar seis etapas clasificadas. Natalia Martínez, la jinete de Yalera San Telmo, dijo que "fue un campeonato difícil, pero bien contenta. Hay un gran equipo detrás, los que están acá y también los que quedaron apostando por las redes". 
La segunda colocación fue para Ligera 186 de NC, de cabaña L'Aripuca, con 8:57:52,4. Su jinete, Valentín Panizza, dijo que en esta última fecha hubo "muchos caballos lastimados, pila de mancos y rengos; muchos quedaron afuera en el pulso y se corrió fuerte en una cancha brava". A ello se sumó un clima adverso que añadió exigencia física y táctica. Panizza dijo "el campeonato fue muy lindo... salió todo imponente y muy agradecido con toda la barra que organiza".
En tercer lugar, se posicionó Balanza San Telmo, de Horacio y Diego De Brum, con un tiempo de 8:58:31,5. En cuarto lugar se posicionó Chiquilina de la Flor de Tuna, de Rodrigo Apatie con un tiempo de 8:59:48,7.
Categoría 65 kilos
En 65 kilos, el primer lugar fue para Chapo Dayare, de cabaña Parque Arapey, con un total de 8:55:46,6. El segundo puesto quedó en manos de Paraguaya San Telmo, de cabaña El Desafío, con 9:08:18,2, mientras que Piajuan Ninfa, de Anita SG, completó el podio con 9:20:47,7.
El cuarto lugar, con 9:31:35,3, fue para Carqueja del Totoral, montada por Justino Rodríguez, de cabaña El Totoral, quien no ocultó su emoción por el desempeño de su yegua. "Me gustó mucho el campeonato y le quiero agradecer un montón a la yegua. No sé cómo agradecerle. Una campeona", expresó. 
Un campeonato que deja huella
Para la SCCCU, el campeonato fue mucho más que un circuito competitivo: significó validar formalmente la Marchita como una actividad con identidad propia y con creciente convocatoria. Diego De Brum, presidente de la gremial, dijo que este es "el primer campeonato de Marchita que está avalado por la Sociedad de Caballos Criollos del Uruguay". 
De Brum indicó que "fueron siete fechas y más de 300 animales sin repetir". Esa participación, dijo, involucró un promedio de 70 a 80 animales por jornada, lo que moviliza equipos de trabajo, logística, criadores y aficionados. Las sedes también fueron diversas, con inicio en Paysandú y cierre en Cerro Largo, lo que consolidó una competencia verdaderamente nacional.
"La cantidad de chiquilines y chiquilinas jóvenes que están participando... como siempre decimos, eso asegura seguir para adelante" destacó De Brum.
El primer Campeonato Nacional de Marchitas no solo coronó a sus ganadores, también instaló un modelo, consolidó una nueva identidad dentro de la raza y dejó claro que existe una comunidad creciente detrás de esta modalidad.