La Oficina de Programación y Politicas Agropecuarias (OPYPA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, realizó un informe sobre la producción citrícola en 2019, donde la Ing. María Noel Ackermann y el Ing. Federico Montes destacan una caída en la producción tanto de mandarinas como de naranjas, los problemas de la empresa Citrícola Salteña y el posicionamiento de Azucitrus como la principal firma exportadora.
La sequía de comienzos de 2018 sumado a la granizada de mediados de año en Salto, determinaron una zafra con muy bajos volúmenes de producción en 2018 (217 mil toneladas, 18% por debajo de la producción de 2017). La caída de producción fue especialmente destacada en mandarinas, con un total producido de 71 mil toneladas (-23% respecto al año anterior), y en naranjas cuya producción se ubicó en 106 mil toneladas (-19%). En tanto que la producción de limones se mantuvo estable en 38 mil toneladas, de acuerdo al informe.
La superficie citrícola se ubicó en 14 mil hectáreas en 2018, involucró unos 420 productores y un total de 6,9 millones de plantas de las cuales el 83% se encuentra en producción. De todos modos esta proporción varía según el cultivo que se analice. Así, mientras que la mayoría de las plantas de naranjas son montes en producción (94%), dicho porcentaje es menor en mandarinas y limones (83% y 55% respectivamente) correspondiéndose a plantaciones nuevas.
Dentro de las variedades de mandarinas, destaca particularmente el aumento en losúltimos años del área sembrada de Clementinas, Afourer y Avana y en todos los casos el porcentaje de plantas en producción respecto al total es de los más bajos (64%, 68% y 70% respectivamente) y eso se explica por la presencia de montes jóvenes que aún no han entrado en producción (DIEA, 2019a). También ha sido destacado es el recambio varietal en limones, 45% son plantaciones nuevas que están constituidas principalmente por las variedades Limoneira 8A y Génova. Todo esto es fruto de la reconversión varietal que impulsó el Plan Estratégico para citricultura realizado en 2010 para acceder en mejores condiciones a los mercados internacionales.
Por otra parte, se destaca que en mandarinas y particularmente en limones son en los que se observa mayor penetración del riego (64% y 85% del área se encuentra regada respectivamente). En tanto que en naranjas la incidencia del riego es menor, alcanzando a la mitad de la superficie plantada. En todos los casos se observa una trayectoria de crecimiento de la participación del área regada en la última década.
A diferencia del resto de los rubros frutícolas, el sector citrícola tiene una orientación bien marcada a la exportación, a la cual se destinó el 41% del volumen producido en 2018.
Le sigue en importancia el mercado interno para el consumo en fresco que absorbió el 39% de la producción de 2018. Asimismo, la industria tiene un peso relevante (20%) a partir de la cual se obtienen jugos, aceites esenciales y pellets que en buena proporción también se exportan. El restante 1% corresponde a fruta que se pierde como merma o descarte en el proceso de clasificación y empaque y no entra en el circuito comercial (DIEA, 2019).
De esta manera, como sostienen Millán y Romero (2019), el mercado internacional absorbe la futa de mejor calidad comercial y el mercado interno funciona como un “pulmón”, absorbiendo o cediendo fruta en función de los precios y la demanda internacional. A su vez, se cuenta con el canal industrial como un destino de menor peso, pero igualmente importante.
En 2019, con base en los datos publicados recientemente por DIEA, apuntan a un crecimiento de las toneladas producidas del orden de 12% luego del magro desempeño del año previo, lo que implica que la producción citrícola se sitúe en 243 mil toneladas.
El crecimiento fue bastante generalizado entre las especies (excepto en pomelo, pero que tiene muy poco peso en la producción). Se destacó en particular el aumento de la producción de limones, que con un crecimiento de 25% determinó una producción de 47 mil toneladas (de los niveles más elevados en la serie histórica).
De esta manera, el cultivo de limones viene siendo de los más dinámicos en la citricultura, con crecimiento del área cultivada (casi 2600 hectáreas en 2019, más de 1000 hectáreas más que lo que había cinco años atrás), un importante porcentaje de montes jóvenes y alta penetración de riego (como se comentó anteriormente). La producción de mandarinas y naranjas crecieron 11% y 8% en 2019 respecto 2018 y alcanzaron niveles de 79 mil toneladas y 116 mil toneladas respectivamente.
Este crecimiento de la producción se dio en un contexto en que la principal empresa citrícola del país, Citrícola Salteña, enfrentó serios problemas económicos y financieros, lo que determinó un marcado descenso de su actividad respecto a años anteriores como se visualizará en el análisis de las exportaciones. En febrero de 2019, previo al comienzo de la zafra, la empresa solicita el concurso de acreedores ante la justicia, con una importante deuda a trabajadores, proveedores, bancos y tenedores de obligaciones negociables.
Más allá de la situación compleja de esta empresa, el sector viene invirtiendo de manera sostenida en lo que refiere a reconversión varietal, extensión del riego, entre otros. En este sentido, durante los últimos diez años se han promovido 48 proyectos vinculados al sector hortifrutícola en general para acceder a los beneficios fiscales previstos en la Ley de Inversiones, por un monto de 74 millones de dólares. En buena proporción estos proyectos corresponden a la cadena citrícola con inversiones tanto a nivel de producción, de packing e industrial. De hecho durante 2019, tres de los siete proyectos promovidos corresponden específicamente al sector citrícola (uno de ellos de gran porte), que apuntan, entre otros objetivos a invertir en plantines, equipamiento, maquinaria e instalaciones para la mejora de los sistemas productivos y un mejor acceso a los mercados internacionales.
Exportaciones
Las exportaciones de cítricos totalizaron 63 millones de dólares entre enero y octubre de 2019, alrededor del 90% del valor exportado de frutas frescas por Uruguay, constatándose una cifra similar a la registrada en igual lapso del año anterior, pero sensiblemente por debajo de lo verificado en años previos (se exportaba alrededor de 80 millones de dólares anuales). Esta estabilidad general surge de un contexto de caída precios de exportación, en tanto se recuperan levemente los volúmenes de ventas (luego del magro desempeño de 2018).
Por rubro, la estabilidad del valor exportado de cítricos encierra que se comercializó 43 mil toneladas de naranjas por 23 millones de dólares entre enero y octubre, 11% y 6% de volumen y valor respectivamente respecto a 2018. El volumen de ventas de mandarinas se ubicó en 28,5 mil toneladas, cifra similar a la de la zafra previa, pero los menores precios obtenidos implicaron una caída de los ingresos por este rubro que se situaron en 27 millones de dólares (4% por debajo de 2018). Las ventas de limones mostraron la misma tónica, con un crecimiento de 12% de las colocaciones en el exterior (16 mil toneladas) pero los menores precios obtenidos determinaron que el valor exportado se redujera 8%, situándose en 13 millones de dólares.
En relación a los precios de exportación (aproximados a través de los precios implícitos FOB de cada producto) profundizó la caída que verificaron en 2018. El precio medio de exportación de mandarinas, que había superado los 1.000 dólares la tonelada, se contrajo 4%, comercializándose 940 dólares la tonelada durante 2019. Las naranjas se colocaron a 530 dólares la tonelada en promedio 4% por debajo de 2018. Asimismo, el precio de exportación de los limones se redujo 17%, colocándose algo por debajo de los 800 dólares la tonelada (cuando había superado los 1.100 dólares en 2016). Este desempeño a la baja es acorde a lo sucedido en los precios internacionales de estos productos.
Como es de público conocimiento la empresa Citrícola Salteña viene atravesando dificultades económicas y financieras desde hacer unos años que se agravaron durante 2019. Las exportaciones de esta empresa, que hasta el 2018 fue la líder del sector, vienen con una trayectoria de descenso desde hace varios años. Entre enero y octubre de 2019, la caída de sus ventas fue de 38% frente a igual lapso de 2018. Al excluir esta empresa, el valor de las ventas del resto se ubicó en 51 millones de dólares, creciendo 14% frente a un año atrás. Vale aclarar que la comparación de 2018 es una base baja dado que, como se comentó anteriormente, cuestiones climáticas afectaron de manera generalizada la producción del año pasado y esto también se evidenció en el volumen exportado en el general de las empresas.
La mayor parte de las empresas registraron crecimientos sustanciales de los volúmenes colocados respecto a 2018, pero los menores precios de exportación determinaron ingresos que crecieron, pero en menor magnitud. Azucitrus se posiciono como la principal empresa exportadora con 22.500 toneladas, seguida de Citrícola Salteña y Samifruit Uruguay. En 2019 comienza a exportar Camposol, empresa de origen peruano que se instaló recientemente en el país adquiriendo parte de campos de mandarinas de la empresa Citrícola Salteña e instalando nuevas plantaciones con el objetivo de ganar mayor posicionamiento en el exterior.
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