lunes 25 de noviembre, 2024
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Lograr estrategias efectivas para gestión de centros termales es una deuda histórica en la región

Minervine

Por Andrés Torterola
En diálogo con CAMBIO el Magíster en Consultoría Turística, Juan Pardo, recordó que la primera vez que se encontró agua termal en el país, fue en la década del 40´en Arapey. Al igual que con las demás aguas termales, el descubrimiento fue casual ya que en aquel entonces el Instituto de Geología del Uruguay se encontraba buscando petróleo. Pocos años después, en Arapey, con impulso de la Intendencia Municipal y la empresa ONDA, comenzó a construirse infraestructura turística y a instalarse los primeros servicios básicos para los visitantes. Con la diferencia que en los demás centros termales del litoral (Daymán, Guaviyú y Almirón) no hubo participación privada, también la infraestructura y servicios para los turistas fue por inversión y esfuerzo municipal. Todos los diagnósticos apuntaban básicamente a impulsar el desarrollo del producto termal, pero en ningún caso, ningún informe hizo referencia a un punto para nada menor: “Cómo gestionar los centros termales” y eso es un debe que hasta nuestros días sigue siendo una realidad, tanto en Salto como en Paysandú.
DURA REALIDAD
El dilema no es entre Gestión pública y Gestión Privada, sino que el asunto clave es la carencia en la profesionalización de la gestión turística. Ahí está el verdadero problema y la situación trasciende tanto lo público como lo privado. Hay estudios académicos realizados por la Universidad de la República que evidencian la dura realidad del sector turístico para la zona termal, caracterizada por un alto grado de informalidad, salarios bajos y personal sin formación específica en la materia. El turismo es una actividad muy dinámica que requiere permanente innovación y en tal sentido es fundamental poder gestionarlo con una mirada estratégica donde las herramientas digitales de marketing son fundamentales a la hora de la promoción de un atractivo o destino. Es fundamental y necesario la generación de equipos con referentes profesionales y técnicos en turismo.
ESFUERZOS CON POCO CRITERIO
Pardo dijo tener conocimiento de causa, “puedo enfatizar en algunos ejemplos que, a mi entender, han sido esfuerzos con poco criterio como las giras promocionales y presentaciones realizadas por Salto y Paysandú en el marco de “Destino Termas”. ¿Cómo es posible que se promocione un destino turístico cuando en realidad estamos hablando de cuatro centros termales con distintos perfiles y calidad de servicios? ¿Acaso es el mismo turista el que elige ir a un hotel cuatro estrellas en Arapey, que el que opta por un alojamiento municipal en Guaviyú o Almirón? ¿Es criterioso promocionar las Termas de Paysandú en balnearios como Punta del Este y la Pedrera, cuando estos balnearios son frecuentados en mayor medida por público que optaría en todo caso por un servicio cuatro estrellas en Arapey? Lo que tiene que tener cada centro termal es un equipo de gestión integrado por profesionales y técnicos en la materia turística, gente con capacidades para poder trabajar con una mirada estratégica cada uno de los destinos que hacen al producto termal. En tal sentido, lo segundo que debería hacerse luego de conformar un equipo de técnicos, es procurar elaborar -por cada Centro Termal- un Perfil específico. El tercer paso en este proceso sería el desarrollo (con resultados posiblemente más eficientes) de estrategias de marketing, es decir, planes y acciones promocionales que varíen según el perfil de cada Centro Termal.
SIN CONCIENCIA TURÍSTICA
Este debe en materia de gestión de termas, va de la mano entonces de otro proceso aun no mencionado en este artículo: el potencial turístico sin desarrollar que en gran medida va acorde a la falta de conciencia turística -en general- que tenemos en nuestra región. Sencillamente basta con mirar hacia el otro lado del río, donde realmente se percibe desde hace décadas una apuesta fuerte y seria respecto al turismo. “Por lo tanto, para competir hay que innovar. Para innovar, hay que gestionar. No se trata solamente de construir nuevas piscinas ni mejorar la caminería. Una buena gestión debe tener en cuenta a gente capacitada en la materia. La región termal, específicamente Salto, cuenta con institutos donde se ofrece formación técnica terciaria y universitaria en el turismo, con la inauguración del Instituto de Alta Especialización (DGETP-UTU) inaugurado el pasado año (con apuesta al perfil turístico) y la posibilidad de realizar la Licenciatura en Turismo en la Regional Norte de Udelar. La mano de obra está, ahora lo que falta es que tanto desde el sector público como privado se dé un salto para avanzar hacia la gestión profesional no solo de los centros termales sino también de todo lo que hace al Destino Termas”.