El jueves, en el predio de la familia Brasesco–Gómez, en Paso Guerrero, departamento de Paysandú, se inauguró la primera sala de faena artesanal predial al norte del río Negro, días atrás en el departamento de Florida, en el predio del Dr. Daniel Castells, se inauguró la primera planta en el sur del país. El evento en tierras sanduceras contó con la presencia del director general de la Granja, Nicolás Chiesa; el intendente de Paysandú, Nicolás Olivera; técnicos y productores locales, quienes destacaron el impacto de este proyecto en la formalización de la producción cárnica y la mejora de las condiciones sanitarias.
La sala, fruto de la nueva legislación impulsada por el diputado Juan Carlos Moreno, busca eliminar prácticas informales como la faena al aire libre, ofreciendo una alternativa accesible y segura.
Durante el evento, Nicolás Chiesa destacó que esta iniciativa busca acabar con la informalidad de la faena realizada «debajo de un árbol». Subrayó que el proyecto es una alternativa accesible para pequeños productores y que, aunque aún hay aspectos por perfeccionar, marca un precedente importante.
En sus palabras, «cuando unos años más adelante se hable de esto, se va a recordar como la Ley de Moreno», un comentario que emocionó al diputado y productor agropecuario Juan Carlos Moreno, ideólogo de esta regulación.
Elizabeth Gómez, quien junto a su familia lidera este emprendimiento, relató cómo transformaron una construcción afectada por un incendio para adaptarla a los estándares requeridos.
«Es una Ley que protege tanto al consumidor como al productor y nos da herramientas a ambos», expresó, resaltando la importancia de medidas como el control veterinario previo, el uso de precintos identificativos, y la capacitación en buenas prácticas de faena.
La sala permitirá faenar corderos, lechones y animales de granja producidos exclusivamente en el predio familiar.
En cuanto a los límites de faena establecidos —50 corderos y 200 lechones al año—, Chiesa explicó que estas cifras fueron acordadas con instituciones como el INAC y los legisladores, aunque podrían revisarse con el cambio de gobierno en marzo. Esto refleja que el proyecto aún se encuentra en una etapa inicial, pero con margen para evolucionar según las necesidades del sector.
Los requisitos para operar bajo este marco incluyen la inscripción en registros nacionales, cursos de capacitación y certificaciones de salud, tanto para los trabajadores como para los animales. El cumplimiento de estas normativas busca garantizar la inocuidad y trazabilidad de los productos, ofreciendo seguridad al consumidor y formalidad al productor.
