
Por Melisa Ferradini.
En el marco del “Mes Verde” -dedicado a la promoción de una vida activa y saludable- el pasado 6 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Actividad Física. Una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de incorporar el movimiento a nuestra rutina diaria, sin importar la edad ni el nivel de condición física. La actividad física no tiene edad ni requiere grandes recursos. El movimiento puede integrarse de forma sencilla a nuestra vida cotidiana: caminar, bailar, jugar, andar en bici o simplemente estirarse. Lo importante es dar el primer paso y sostenerlo en el tiempo.
CUERPO, MENTE Y EMOCIONES
Desde la Plaza de Deportes Nº 2 ubicada en el barrio Dos Naciones, se impulsa ese mensaje con actividades pensadas para todas las edades y con una fuerte apuesta a la inclusión y la comunidad. Porque, como bien dice la consigna de este mes: “Cada movimiento cuenta”. Y movernos es, sin dudas, una de las mejores formas de cuidarnos. Para profundizar en este tema, CAMBIO dialogó con Valeria Balbi, Profesora de Educación Física y Directora de la Plaza de Deportes N º 2 del barrio Dos Naciones. Con una amplia trayectoria en el ámbito del deporte comunitario, Balbi nos comparte su visión sobre los múltiples beneficios del ejercicio físico, no solo para el cuerpo, sino también para la mente y las emociones.
IMPORTANCIA
La actividad física es una de las principales herramientas para mejorar tanto nuestra salud física como mental. En una reciente entrevista con un experto en bienestar, discutimos los beneficios fundamentales de incorporar el ejercicio en la vida diaria. Según la Prof. de Educación Física, la actividad física es crucial no solo para mantenernos activos, sino también para prevenir enfermedades y promover el bienestar mental. “El ejercicio estimula el cerebro, nos genera endorfinas, y nos mantiene con energía y ganas de vivir. Si nos quedamos inactivos, frente a una pantalla, nuestro cuerpo y mente se apagan”, destaca. Además, investigaciones científicas han demostrado que los niños que realizan actividad física tienen un hipocampo más grande, lo que mejora su memoria, una evidencia clave de los beneficios cerebrales del ejercicio. El impacto positivo en el estado de ánimo también es notable. La actividad física ayuda a reducir la ira, la agresividad y el malestar, mejorando el humor gracias a la liberación de hormonas que generan satisfacción. “Es fundamental que los adultos y personas mayores se mantengan activos, ya que el ejercicio promueve un estado de ánimo óptimo, permitiendo que las personas enfrenten mejor el estrés”, explicó.
ACTIVIDADES GRATUITAS
También nos relató sobre las actividades gratuitas en la comunidad. Aunque reconoció las buenas intenciones detrás de ellas, sugirió que no generan un verdadero compromiso. “Las actividades gratuitas suelen no ser valoradas por la gente, ya que al no haber un costo, no se sienten obligados a asistir de forma constante. Para que estas actividades realmente tengan impacto, deberían tener algún tipo de contrapartida, como una pequeña colaboración económica, que también ayudaría a cubrir los costos operativos y fomentar la responsabilidad”, nos cuenta. En cuanto a la adaptación de las actividades para personas con discapacidades o movilidad reducida, la Directora destacó que siempre es necesario contar con un profesional capacitado para ajustar los ejercicios a las necesidades específicas de cada individuo.
ESTRATREGIAS
La Directora también compartió algunas estrategias para motivar a aquellos que aún no han incorporado el ejercicio en su rutina diaria. El primer paso es la motivación. “Es importante que las personas prueben los beneficios del ejercicio, aunque sea una vez. Cuando experimentan el bienestar físico y mental, es más fácil que se convierta en un hábito”, sugirió. Además, destacó la importancia de establecer metas alcanzables, como caminar dos kilómetros en un mes, para generar un compromiso a largo plazo. Finalmente, habló sobre el trabajo en conjunto con instituciones de salud y educativos para fomentar la actividad física en diferentes grupos de la comunidad, incluyendo personas con diabetes tipo 2.