sábado 23 de noviembre, 2024
  • 8 am

Solidadaridad global. Obligaciones de producir y trabajar seguros

Dr. César Signorelli
Por

Dr. César Signorelli

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Por el Dr. César Signorelli
Hemos venido insistiendo en el razonable –e indispensable- equilibrio entre el combate al COVID-19 y mantener determinados niveles de actividad económica.
Yuval Noah Harari, escritor y profesor israelí, una de las opiniones más influyentes en la actualidad, advierte sobre el particular. Fundamentalmente hace hincapié en la idea de solidaridad global, lo que se traduce en que la única forma de ayudarse a uno mismo es ayudando a los demás. Esto tanto en una proyección individual como Universal. Destaca la situación de China, que está destinando ayuda a otros países para que el virus no vuelva a su territorio, pues ha entendido –es algo que todos deberemos entender, cualquiera sea el lugar que ocupemos- que únicamente ayudando a los demás se ayuda a sí mismo. Eso es la solidaridad global, concepto abstraído de toda consideración ética o filosófica.
Pues bien, además de la intervención del Estado mediante la creación de tributos para financiar los mayores costos para combatir la pandemia y la recesión económica que viene provocando, es dable exigir a los actores sociales, en el caso, empleadores y trabajadores a través de sus respectivas gremiales, que sean funcionales a la situación.
No resulta suficiente la creación de nuevos tributos, sino que es necesario conservar –y en lo posible, aumentar- la actividad económica en aquellos sectores que se mantienen dinámicos y en los que es posible seguir produciendo. Obviamente que sin desatender los aspectos sanitarios.
Y en esa línea se han sancionado una serie de normas (fundamentalmente bajo el formato de protocolos) y se ha recordado la vigencia de diferente normativa que refiere a la Seguridad y la Salud en el trabajo.
En breve repaso mencionamos el protocolos de prevención (Resolución del MTSS de 19 de marzo de este año que aprueba el acuerdo del CONASSAT) y dispone que corresponde al empleador y a la Comisión Bipartita de Seguridad (cuyo funcionamiento resulta obligatorio) coordinar la confección de protocolos de prevención y actuación siguiendo las recomendaciones del MSP, las que consisten básicamente en la distribución de material informativo sobre la enfermedad y sus síntomas, la provisión de material higiénico, tal como alcohol en gel o diluido, guantes para los que están en contacto directo con público, entre otras tantas otras.
Fundamentalmente el contenido de los últimos protocolos acordados refiere a las acciones a tomar respecto de trabajadores que hayan viajado a países con circulación del virus, a quienes han tenido contacto con ellos, a la aparición de positivos confirmados y a personal en edad o con antecedentes de salud que los haga especialmente vulnerables.
También se han incluido temas referentes a la organización del trabajo, como ser, distancia entre los puestos, alternancia de líneas de producción, ingresos escalonados y medidas para evitar aglomeración en comedores y vestuarios.
El último, más importante, más minucioso y detallado, ha sido el elaborado en la Industria de la Construcción, en un marco de negociación colectiva, siguiendo los lineamientos de la Recomendación Nº 205 de la OIT. Este es el camino.
Cobra fundamental importancia en la actualidad un instrumento que ha sido resistido por algunos sectores, la implementación de los Servicios de Prevención y Salud en el Trabajo establecido en el Decreto del año 2014 y que ha comenzado a regir en forma obligatoria para varios sectores hace ya algún tiempo y para todas las empresa que ocupen más de 300 trabajadores. Las empresas deben cumplir con estas obligaciones, en primer término por el mencionado imperativo de solidaridad global pero, además, porque se exponen a riesgos varios, no sólo económicos, sino también penales (la responsabilidad penal del empleador por poner en riesgo al trabajador incumpliendo las normas de seguridad y eventualmente por la propagación del virus).
Toda empresa que siga en actividad deberá acudir -necesaria e ineludiblemente- al asesoramiento pertinente, sobre todo en el diseño de esos protocolos. El empleador es garante de la seguridad de sus trabajadores, tomando los recaudos del caso puede seguir produciendo y es bueno que pueda hacerlo.
Involucrados con la responsabilidad y solidaridad global que nos cabe, no nos hemos detenido en la mera articulación de pasajes al seguro de paro y otras alternativas técnicas destinadas a atender el desempleo temporal, sino que por el contrario hemos destinado nuestro mayor esfuerzo profesional estos días a esos aspectos, interactuando con Técnicos Prevencionistas y Médicos especialistas en Salud Ocupacional. Es tan o más importante atender la situación de quiénes siguen trabajando y produciendo en las condiciones actuales, que la de aquellos que se han visto obligados a permanecer en sus casas.