PIDE AYUDA
En la esquina de Avda. Barbieri e Invernizzi suele verse, en horas de la tarde, a un joven de piel parada con un cartel, parando vehículos cuando estos tienen el semáforo en rojo. En este puede leerse un pedido de ayuda. Se trataría de un ciudadano venezolano sin trabajo y que ruega por donaciones para poder mantener a su familia y su hospedaje. Lejos de ser invasivo, el muchacho conserva siempre una distancia adecuada, comportándose de una forma siempre cordial, según pudieron apreciar transeúntes que lo han podido ver.
POZOS, UNA VEZ MÁS…
Como ya parece ser patrimonio de nuestra ciudad, las calles y, peor aún, las avenidas, presentan la falencia de los pozos producto de la mala constitución de los componentes químicos con los que están hechos los caminos. Avenida Rodó, desde el Obelisco hacia el norte, presenta en este momento ese serio problema. No es la única calle que presenta problemas, pero sí es una de las avenidas que está en carpeta del nuevo gobierno departamental de repararla para lograr una vía rápida hacia el centro.
TEATRO – BAÑO
Se pudo ver a un individuo, aparentemente indigente, defecar en la parte de la vereda en donde está la fachada del Teatro Larrañaga. Si bien, por un lado, se puede entender la condición vulnerable del individuo que, quizás, no encontró otro punto en donde saciar sus necesidades, lo que no se explica es que no exista un sereno o algún tipo de control que impida ese tipo de hechos desagradables, no sólo en un espacio de tránsito público sino también en un centro cultural.
DÍA DE LOS ABUELOS
Ayer, además de ser feriado en homenaje al Natalicio de José Artigas, se celebró además el Día de los Abuelos. No ajenos a este hecho, pudieron verse en redes sociales de distintas casas de ancianos festejos en conmemoración de la fecha. Es una iniciativa digna de destacar, ya que permite reunir a quienes aún forman parte de nuestras vidas pero por circunstancias de la vida están pasando sus últimos días en espacios especiales.
RUIDOS MOLESTOS
Si bien en otras épocas recientes, las motos con “torba” fueron una moda en donde los oídos de los vecinos padecían las consecuencias sonoras, al día de hoy aún el problema persiste aunque en otras modalidades. Las quejas esta vez se centran más en los vehículos, sobre todo automóviles, que circulan con altos decibeles de volumen desde los sistemas de sonidos que traen instalados. La protesta es clara: ¿quién fiscaliza este fenómeno? Se trata de un problema que desde hace años sufre Salto y que no se ha podido resolver.
