Tanto Arsenal como Libertad se fueron deseando algo más, pues tanto uno como otro están sacando cuentas en lo que tiene que ver, descenso por un lado, y aspiraciones competitivas al cierre de temporada, por el otro.
El primer tiempo fue electrizante. Con un Arsenal dispuesto a ganarlo desde el vamos. Cosechó el verdiblanco dos goles en menos de diez minutos con las definiciones de Tabares y Maciel, aprovechando el uso de la punta izquierda y los espacios generados por Sánchez. Lo que parecía un trámite resuelto para un muy necesitado Arsenal, con el oportuno gol de Pintos aprovechando una desatención desde un centro al área, desembocó en un duelo interesantísimo de intensidad. “El Lobo”, con la ferocidad que su apodo refleja, si bien no tenía un juego tan pulido o bello como el de su rival, mostró durante el primer tiempo un fuerte empuje, la ferocidad necesaria para la resiliencia. Y así, de esa forma, con un tiro libre que implicó complicidad del arquero, el mismo Pintos puso el empate antes del final del primer tiempo.
Por si fuera poco, pese a los magistrales primeros minutos de Arsenal, Claudio Toriani se iría expulsado por doble amarilla luego de una entrada innecesaria en el área rival. Los ánimos de los dirigidos por Requelme se veían una vez más golpeados. Sin embargo, y he aquí las maravillas del deporte rey, Arsenal, con uno menos, no sintió la diferencia numérica sino que, por el contrario, volvería a estar en ventaja gracias a un centro al segundo palo que conectaría Luna para el 3-2. Y, parte de eso impredecible, es lo que justifica el autogol de Tabares quien quiere bajar una pelota con el muslo, haciendo que el balón al área enviado por los jugadores rivales termine contra el palo derecho de su propio guardameta. Adrián Canosa
Adrián Canosa
