Por Lautaro Rocha.
Diversos términos pueden utilizarse para describir a nuestro fútbol salteño. Sin embargo, existe uno cuya ausencia resulta inadmisible si se pretende realizar una evaluación certera del fenómeno, y es ni más ni menos que “paridad”.
Sucede que, en nuestro fútbol, las distancias señaladas por las distintas tablas de posiciones no siempre se manifiestan completamente en la cancha, donde la amplia mayoría de partidos exhiben un alto grado de competitividad.
Esta situación no es ajena a las divisionales de ascenso, ya que –aunque con diferencias entre sí la “B” y la “C” suelen proponer a sus integrantes un camino sinuoso, plagado de obstáculos y dificultades a superar para conseguir el premio mayor. Por lo anteriormente expuesto, cobran especial relevancia hitos como el de Carlos Herrmann, entrenador que en este 2025 logró campeonar en ambas divisionales, dirigiendo a los equipos de Parque Solari y San Eugenio, respectivamente. En diálogo con CAMBIO, el experimentado DT revivió el exitoso año y repasó su trayectoria, recordando tropiezos anteriores que fueron importantes para llegar a esta temporada, en la cual se erigió definitivamente como “El rey del ascenso”.
¿Cómo empezó tu camino en la dirección técnica?
“Mi camino como entrenador principal inició en el año 2005, cuando asumí en las formativas de Parque. Fue desafiante porque en ese momento el club no competía en juveniles, pero por el ascenso de la primera a la divisional “B” se vio obligado a hacerlo y yo me hice cargo de la Sub-15 y la Sub-21. Después permanecí en formativas de Parque hasta 2010, tuve un breve receso en 2011 y volví al club en 2012, continuando en juveniles un año más hasta que en 2013 tuve la oportunidad de empezar mi camino en primera.
-¿Qué lugar ocupa Parque Solari en tu carrera?
“Es la clave de mi carrera, porque más allá de haber tenido un paso intermedio por Florida FC, una institución que recuerdo con cariño y a la que voy a estar eternamente agradecido, Parque es mi club. Parque me permitió experimentar y poder evolucionar desde la práctica, desde aquel técnico más entusiasta que capacitado del 2005 hasta este que soy hoy. Gracias a Parque logré eso tan importante de estar siempre en actividad, de esperar mis momentos, de dirigir formativas primero y primera después, de tener los golpes que necesita uno para crecer; todo fue en este club”.
-Te réferis a golpes ¿Tuviste muchos en la carrera?
“Sí, en ese comienzo como entrenador de primera en 2013 la experiencia no fue buena, los resultados no se dieron y fui cesado en la novena fecha. Después me tocó volver a Parque en 2016, y pese a hacer un buen trabajo, terminamos perdiendo la categoría porque estaban lospromedios y la sumatoria de la temporada anterior había sido baja. También en 2017, ya en la “C”, perdimos la final del ascenso ante El Tanque. Todos golpes deportivos que forman parte del camino de un entrenador y que permiten valorar aún más los logros obtenidos”.
-¿Cuáles fueron tus primeras sensaciones después de lograr el ascenso a la “A” con tu club?
“Lo primero que se me vino a la cabeza cuando vi a la gente festejar en el Dickinson –el día que nos entregan la copa y hacemos la caravana– fueron los años de formativas. Sobre todo los años jodidos, en los cuales estaba trabajando prácticamente en soledad, teniendo a veces que andar casa por casa buscando documentaciones, y realizando un trabajo que era bastante cansador. Un trabajo que a esta altura de mi vida no haría de vuelta, pero que en aquel tiempo lo hice y fue muy sacrificado, con muchos niños provenientes de contextos críticos. Eso fue lo que se me vino a la mente, todo lo que hice por el club, lo que hice para empezar en esta carrera en la cual siempre anhelé crecer, aun cuando en algún momento me llevó mucho trabajo mantenerme en la función”.
¿Cómo evalúas el proceso de los últimos 5 años que derivó en el ascenso?
“Como un ciclo muy positivo, que fue de menos a más, empezando después de la pandemia con lo que significaba eso para todos los clubes. Acá en Parque nos costó mucho volver a competir. En mi caso, esa temporada 2021 era de regreso al club después de la experiencia en Florida, y fue difícil porque Parque había perdido un poco de fuerza en su plantel principal, y teníamos que empezar a armar algo nuevo. Nos costó el primer año, en el cual no logramos el objetivo, pero por suerte la dirigencia me mantuvo un año más, y en el siguiente sí pude lograr el ascenso de la “C” a la “B”. Ese ascenso me permitió afirmar lo que pensaba, logrando sostener un grupo que se fue consolidando como tal y mejorando año a año en la parte futbolística. Así llegamos hasta la realidad del 2025, en el que la apuesta fue cerrar el ciclo de la mejor forma, porque si bien uno quiere continuar, creo que este año marca un cierre que era necesario para mi ciclo, terminando con un campeonato y el ascenso”.
-¿Por qué decidiste ser presidente de Parque Solari en 2025?
-Por las ganas de ser campeón y ascender. La decisión de ser presidente fue una iniciativa mía, nadie me lo propuso. Fue una aventura personal que le comenté a los compañeros de directiva, con quienes fuimos en cierta forma diagramando todo, pero fue una iniciativa propia, al igual que la de impulsar una política deportiva para ser protagonistas, apostando a mejorar el plantel principal”. “Obviamente no es lo ideal, ya que lo ideal sería que haya una comisión y el entrenador trabaje solamente en lo suyo, pero entendí que para ser campeón debía ser presidente, aun sabiendo que la responsabilidad era toda mía si las cosas salían mal”.
-¿La doble función le dio un gusto extra al logro?
-Sin dudas. Pero lo más especial de este ascenso fue haberlo logrado con este grupo que es casi una familia. Muchos de estos jugadores estuvieron en el ascenso de 2022, pero ahora la relación es mucho más cercana y compacta, por lo que también era un objetivo poder ser protagonistas de la divisional “B” con ellos, algo que en años anteriores no se nos había dado. Al mismo tiempo, la experiencia de este año contó con la incorporación de jugadores muy importantes, la mayoría de larga trayectoria en la divisional “A”, quienes más allá de su currículum se integraron muy bien al grupo y fueron líderes muy positivos, aportando no solo en lo futbolístico, sino también en lo humano.
-Pasando a la segunda mitad del año: ¿Qué significó para vos el desafío de San Eugenio?
“La posibilidad de conseguir un título y demostrar mis credenciales fuera de mi club. Fue un desafío lindo, porque más allá de aquel caso aislado en el cual dirigí a Libertad en la final por el segundo ascenso a la “A” del 2023, llevaba mucho tiempo trabajando en Parque. A su vez, el acercamiento en San Eugenio se dio de forma sorpresiva, porque yo no estaba en los planes de su directiva, pero un encuentro fortuito con el presidente, donde surgió una charla futbolera, desembocó en mi asunción”.
-¿Qué diferencias identificas entre los dos ascensos logrados este año?
“Bueno, la diferencia principal fue que en Parque me hice cargo de todo el proyecto, y en San Eugenio llegué a un club con una estructura armada. Ellos querían subir como sea, porque se les había escapado el año anterior y porque tenían potencial para subir. En ese sentido sabíamos que no podíamos fallar, y aunque nos costó un poco al principio, después logramos alinear todo y el equipo no tuvo fisuras. Estuvo arriba de principio a fin y, con la capacidad goleadora como clave, terminó siendo imbatible en la “C”. También fue una experiencia que me enriqueció como entrenador por el hecho de dirigir al “favorito” de la divisional, porque debíamos saber jugar con eso. Había que controlar un montón de cosas, sobre todo el tema de la paciencia para encaminar algunos partidos, y creo que fue algo que logramos. Estuvimos atentos a esos detalles, los corregimos en su debido momento y terminamos coronando”.
-¿Son muy distintas entre sí la “B” y la “C”?
“Creo que sí, y fundamentalmente desde lo físico. A su vez creo que la “C” da más facilidades, mientras que en la “B” todos los partidos son difíciles. Con Parque nos pasó que jugamos dos veces con el último (Fénix): en la primera rueda le ganamos sin merecerlo, y en la segunda nos costó muchísimo y abrimos el partido recién en el segundo tiempo. Fuimos campeones de la “B” sin ganar ningún partido por goleada. Eso en la C es distinto porque existen más ventajas. Siempre hay 3 o 4 equipos muy inferiores, que están muy por debajo y plantean resistencias que pueden ser superadas solamente con lo físico o con alguna individualidad, sin necesidad de apelar a la táctica”.
-¿Te consideras un DT de ascenso?
“Sí, yo creo que en principio lo soy. He dirigido prácticamente siempre en el ascenso y conozco las dos divisionales. Sé cómo manejarme en ellas y comprendo lo que se necesita en ambas para ser competitivo. Después, en cuanto a la “A”, fue únicamente una experiencia en Gladiador, en la que tuveparticipación activa como ayudante técnico y me sentí muy útil.
“De todos modos, está claro que dirigir a Parque en la “A” será un desafío distinto, que supondrá enfrentar a los mejores, elevar la vara, prepararse de mejor forma, crecer como entrenador y fallar menos”.“Entonces está claro que será algo nuevo para mí, porque hice casi toda mi trayectoria en clubes de ascenso”.
-¿Está confirmada tu continuidad en Parque Solari para el 2026?
“Todavía no está oficialmente confirmada porque estamos a la espera de que se defina la nueva comisión directiva. No obstante, está todo dado para la continuidad y ya he tenido conversaciones con algunos potenciales presidentes. Más allá de esto, nuestro deseo es seguir y por eso ya comenzamos tímidamente a pensar en el año próximo, para el cual muchos jugadores del plantel actual manifestaron sus ganas de estar.
“También sabemos que tenemos un plantel experimentado, por lo que es una necesidad incorporar gente joven”. “Nosotros creemos que podemos armar algo interesante para cumplir con el objetivo lógico de mantener la categoría, pero por ahora son solo proyecciones, porque no podemos empezar a trabajar en el Parque Solari 2026 hasta que nos designen oficialmente como cuerpo técnico”
