jueves 5 de diciembre, 2024
  • 8 am

Térix, el perro que recorre el mundo en moto con su dueño estuvo en Salto

Sol

De lentes de sol para cuidarse de la brisa, casco y en un baúl especialmente preparado para él, Térix se sube solo a la moto y deja que Jonás, -su propietario-, lo asegure para que no corra peligro. Hasta ahora recorrió más de 92.000 kilómetros en una ruta que lo ha llevado desde las montañas a la playa y que próximamente lo ubicará en el “fin del mundo”, Ushuaia.
La historia de Térix comienza con Jonás, un brasileño oriundo de Florianópolis, que abrió un hostal en Buzios.
El perro, cruza entre lo que parecería un beagle y un labrador, fue adoptado por el lugar y se convirtió en un gran compañero para Jonás.
Cuando terminó el contrato de su emprendimiento en Buzios, el hombre se quedó con su moto y su perro. Fue entonces que decidió embarcarse en una aventura y junto a Térix y comenzó a recorrer el mundo.
El punto de partida fue Río de Janeiro y de allí se dirigieron hacia el norte de Brasil, pasando por las Guayanas, Trinidad y Tobago, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Chile y Argentina. Desde hace algunas semanas se encuentran en Uruguay.
INGRESARON AL PAÍS POR SALTO
El dúo entró al país por Salto -donde estuvo algunos días- para luego cruzar el Uruguay a lo ancho.
Pasaron por Tacuarembó y Melo, para luego ir hacia el sur a la Barra del Chuy, Punta del Diablo, Valizas y Cabo Polonio. Después estuvieron en La Pedrera, La Paloma, José Ignacio y ahora visitan la Barra.
Luego pasarán por Punta Ballena, Piriápolis, Montevideo y Colonia del Sacramento. La ruta continuará con el cruce del Río de la Plata con destino a Buenos Aires para animarse a llegar al sur argentino antes de que llegue el crudo invierno que es mucho más duro en la zona más austral de Sudamérica.
UN DESAFÍO
Viajar con un perro no es algo sencillo. Según relató a El País Jonás Fernándes, Térix es un perro tranquilo, juguetón y, además, colabora mucho para tomarse las fotos y posar cuando se lo piden.
Sin embargo, no deja de ser un animal que no está castrado y es territorial. Por esa razón puede llegar a asustar a algunos de sus compañeros de camping que se acercan sin avisar o puede mostrarse un poco tímido por momentos ante los desconocidos.
Para no estresar mucho al can, que ya tiene nueve años y se le notan, Fernándes recorre entre 70 y 80 kilómetros al día.
En la moto viaja atrás dentro de su baúl. El espacio está adaptado y él viaja cómodo ahí con su cinturón de seguridad, tiene su cama y tiene sus lentes para la brisa.