Por Gustavo Varela
Días atrás, un candidato a la Intendencia de Salto, en sendas entrevistas, tuvo la deferencia de referirse a mi persona, en parte, en tono de halago y en parte en forma de irónico malhumor, defendiendo su accionar (¿?) al frente de la administración en el pasado, luego de algunos artículos que escribí, con el invalorable aporte de datos que el Cdor. Rodrigo Goñi me ha acercado, analizando lo que fue el trágico derrotero de Salto bajo los dos últimos gobiernos.
Dentro de lo que es, su pretendida filípica, el candidato a la Intendencia, establece como forma de diluir su responsabilidad por el mal estado en que quedaron las finanzas departamentales, que yo fui integrante de su gobierno, y que llevé a cabo determinados determinadas actuaciones, como por ejemplo la firma de documentos, y que ello tendría que tener como consecuencia, el tener que inhibirme de analizar lo realizado con posterioridad de dichas firmas.
Pongamos un ejemplo; si una persona fabrica un martillo, no se lo puede hacer responsable de lo que se haga con ese martillo por parte de otra persona. Si esa persona, una vez que obtuvo el martillo, lo usó para pegarle en la cabeza a otra persona, no podemos culpar a quien produjo el martillo de su mal uso.
Eso es lo que está haciendo el candidato a la Intendencia, “si tú fuiste parte, no puedes hablar” es el mensaje que pretende mandar.
De mi parte nunca negué, ni lo voy a hacer, que fui integrante de dicho gobierno. Pero asì como reconozco que lo estuve integrando, no puedo dejar de expresar que, mirado a la distancia y luego de analizar objetivamente el resultado del mismo, fue una mala experiencia, que terminó traumáticamente, y para colmo, el último responsable, que es quien ejerció la titularidad del ejecutivo, intenta adjudicar la responsabilidad de lo ocurrido, a quienes no tomaron las decisiones económicas finales.- Habla muy mal de un líder, adjudicar las responsabilidades que asume, en el acierto o en el error, a quienes nada tuvieron que ver. Y él, lo sabe muy bien.-
Lamento por las personas que acompañan al candidato en su nueva aventura electoral.
Con toda seguridad les va a cargar en sus mochilas, la responsabilidad de la futura derrota, una vez que ocurra. Ya lo vamos a ver.
Por otro lado, expresa en forma enigmática, que me va a necesitar en la Junta Departamental, pues afirma con un tufillo irónico, que voy a ser un Edil de fuste.
Lamento informarle al candidato que no descubrió nada, pero que con toda seguridad, su deseo no lo vamos a poder llevar a cabo por dos razones.
La primera de las razones, es que la Coalición Multicolor que conformamos en Salto con Cabildo Abierto y que comparecerá bajo el Lema del Partido Nacional va a ganar las elecciones en el Departamento, liderada por la candidatura de Francisco Blardoni.
La segunda de las razones es que un Edil es muy poco el campo de acción que tiene para trabajar con los delegados de Salto Grande, aunque si le voy a pedir, que haga las gestiones pertinentes para que aquél proyecto que nace de una iniciativa de Diputados del Frente Amplio, que fue retomado y reimpulsado por el entonces Dip. Rodrigo Goñi durante dos legislaturas, que son las regalías que Salto Grande le debe a la región, sea finalmente aprobada en el actual período.
A nadie lo debe llamar a sorpresas.
¿O si?
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