domingo 28 de abril, 2024
  • 8 am

«Con el correr de los años uno recién se da cuenta»

«En el año 1996, otra de las etapas lindas de mi vida, citan a 4 jugadores salteños para trabajar en vacaciones de julio en el Estadio Charrúa en Montevideo, juntos a otros gurises del interior, venía a ser una pre-selección uruguaya, en la época de Víctor Púa, que también trabajaba muy bien las formativas de Uruguay junto al profesor Franco. Después con el correr de los años uno recién se da cuenta por dónde pasó».
«Fue un cambio en el entrenamiento; entrenábamos de mañana y de tarde todos los días, muchos trabajos tácticos, físicos y fútbol entre todos los que estábamos ahí, que eran jugadores del interior, pero hacíamos fútbol con jugadores de Montevideo que integraban esa pre-selección. Después volvimos en setiembre y en noviembre estuvimos con el ‘Coqui’ Joaquín Burutarán tres semanas, al menos estuvimos hasta lo último, fuimos los últimos eliminados para el Mundial de Malasia 97».
«Ahí conocí a la mayoría de los jugadores que terminaron yendo a ese mundial, Emerson Bizera, que era de Artigas y jugamos juntos en la zaga, Martín Góngora el arquero de Paysandú, Mariano Bogliacino de Colonia, Adrián Sarkisián, entrenamos juntos con Alejandro Lembo, Damián Macaluso, Pablo García, Gustavo Munúa, Fabián Carini. Incluso tenía unos recortes de diario de fotos con ellos, que no se adónde fueron a parar».


«Fue de las cosas más importantes de mi vida»

«La selección es lo máximo para cualquier jugador de fútbol, tuve el gusto de integrar varias selecciones juveniles y mayores. A algunas mayores tuve que renunciar por mi trabajo, pero fue de las cosas importantes en mi vida, vestir la camiseta que representa al departamento. En el 98′ salimos campeones del Litoral, perdimos el primer partido acá y después ganamos de visitante a Paysandú. Terminamos iguales y le ganamos la final; un gran campeonato hicimos ese año. En la mayor el primer técnico que me citó fue Rosalino Sosa, que me conocía de haberme dirigido en juveniles de Salto. Con la mayor, con el ‘Bochón’ Bordagaray fuimos los primeros campeones del Litoral Norte, en 2004-2005, hacía poco se había formado la Confederación. La final le ganamos a Mercedes en el Koster, un hermoso trofeo que está en las vitrinas de la Liga, que en un principio OFI no reconocía ese campeonato porque entendía era parte del nuevo Campeonato del Interior, como se juega hoy en día, pero cuando el salteño Gabriel Rodríguez fue presidente de OFI formalizó como oficial el Litoral Norte. Después en semifinal quedamos eliminados por Rivera; si pasábamos éramos campeones del interior».


«La pandemia me acercó a mi familia»; «los domingos nunca comí con ellos»

-¿El fútbol?
-El fútbol me dejó muchas cosas importantes como persona, conocer mucha gente y hacer amigos en todos lados. Por eso le digo a todos los gurises, que el fútbol sirve para formar como persona, más que nada sino triunfan, sin dejar de lado el estudio.
-¿La familia?
-Creo que la pandemia me acercó más a mi familia, eso me cambió la vida, estar los domingos en tu casa, comer con tu familia, cosa que nunca había hecho, primero por ser jugador y después por ser entrenador. Fue por eso que este año dejé de ser el entrenador de Deportivo».
-¿La infancia?
-Nací en el barrio Independencia, en calle Luis A. Herrera, entre Progreso y Maciel, detrás de Canal 8. Mis padres Ángel Enrique Flores y Lérida Acosta. Tuve una linda infancia, con la pelota como regalo de Reyes siempre, una camiseta de fútbol, pero lo que más recuerdo es la pelota de plástico. Antes había más espacios libres para jugar con los gurises del barrio, terrenos para armar una canchita.. Hoy hay muchos atractivos para los gurises, mucha técnología. Antes lo que había era correr detrás de una pelota, en la calle. La cosa era divertirse un rato y más en vacaciones».