
Por Andrés Torterola.
En una época donde familiares de adictos buscan la construcción de Centros de Rehabilitación para sus hijos, la comunidad de Alcohólicos Anónimos tiene en Uruguay más de 250 grupos de autoayuda. El próximo 10 de junio la colectividad mundial de AA cumple 86 años de exitoso funcionamiento, CAMBIO entrevistó a una integrante del colectivo, Natalia P dijo que comenzó a tomar alcohol con 16 años, sin conocer mucho de adicciones, señaló que no pensaba que a ella le podía pasar que un día tendría que llegar a tratar su alcoholismo.
SU ADICCIÓN
“Empecé yendo a los boliches los fines de semana, pero con una amiga el consumo se hizo más frecuente, la idea era tomar cualquier bebida alcohólica con tal de tapar la depresión que sufría debido a la violencia doméstica intrafamiliar que ejercía mi padrastro. Yo estaba separada de mi “viejo”, la psicóloga me había diagnosticado depresión. Cuando era adolescente tomaba con frecuencia, perdícasi todos los exámenes de quinto año del liceo, estuve a punto de perder el año, no me daba la cabeza estaba siempre borracha o con resaca”
HISTORIA
A.A. tuvo su comienzo en 1935, en Akron, Ohio, -luego se expandió por todo el mundo-, como resultado del encuentro de Bill W., un agente de Bolsa de Nueva York, y el Dr. Bob S., un cirujano de Akron. Ambos habían sido alcohólicos desahuciados. Cuando el Dr. Bob y Bill se conocieron, el encuentro produjo un efecto inmediato. Se encontraban cara a cara 2 alcohólicos que había logrado dejar de beber. Bill recalcaba que el alcoholismo era una enfermedad de la mente, de las emociones y del cuerpo. Este importantísimo hecho se lo había comunicado el Dr. William D. Silkworth, del Hospital Towns de Nueva York, institución en la que Bill había ingresado varias veces como paciente. Aunque era médico, el Dr. Bob no sabía que el alcoholismo era una enfermedad.
ENFERMEDAD LENTA Y PROGRESIVA
Natalia P cuenta que, en una oportunidad, una gran borrachera provocó el enojo de su pareja y amigas, en esa época tenía 17 años y entendió que debía detener la toma alcohólica.
El miedo de seguir consumiendo y la seguridad de que era adicta provocó que dejara de tomar, eso sucedió hasta los 29 años, en esa época falleció su padre, se fui a vivir a Montevideo, donde se sintió totalmente libre para comenzar nuevamente a con la bebida. “El alcoholismo es una enfermedad lenta, progresiva, e incurable, yo cada vez tomaba más, conocí a una persona que lamentablemente se mató a consecuencia de su consumo desmedido yo también tenía ganas de matarme Las anécdotas en carrera alcohólica son bochornosas para nada estoy orgullosa de lo que hice hasta que un día conocí la comunidad de AA, me la sugirió el psiquiatra que atendía a mi pareja, ya no tenía a quién recurrir, llamé al número de Alcohólicos Anónimos 2400-3501, no me preguntaron absolutamente nada, y cuando llegué me dieron una gran bienvenida, sentí un gran alivio al escuchar a otras compañeras que tenían la misma enfermedad que yo, el primer día fue un gran estímulo. Hoy tengo paz, integridad y gratitud a esta comunidad que me ayudó y me sigue ayudando todos los días”.