jueves 25 de abril, 2024
  • 8 am

La pesada mochila de sobrellevar la obesidad en una sociedad y una medicina “gordofóbica”

Para la mayoría de los médicos presentar obesidad es un agravante de cualquier patología. De hecho, muchos se consideran con autoridad de regañar a sus pacientes por tener sobrepeso. Estudios, análisis, radiografías, exámenes, todo se hace cuesta arriba para quienes presentan algunos kilos de más y si enferman se encuentra la excusa perfecta para explicar lo que no se pudo solucionar. Pero ¿Qué hace la medicina para que se reduzca la población obesa? Para la Dda. MSc. y Psiconeuroinmunoendocrinología, Débora Sotelo “escuchar la palabra obesidad, genera emociones diversas para quienes están involucrados, como rechazo, exclusión, impotencia, propias y del entorno”. Para ella la gordura (obesidad) no es simplemente la presencia de un peso excesivo; se trata de una verdadera condición de inflamación celular y metabólica que se va produciendo lentamente a lo largo de años en la vida de la persona.
UNA SOCIEDAD ENFERMA
Para Sotelo “si nos miramos como responsables, todos, de esta patogénica sociedad, podremos darnos cuenta de que preferimos al flaco. En el ámbito de la salud, cuando una persona va a un consultorio para solucionar cualquier dolencia, muchas veces se encuentra con un profesional, que le indica “bajá los kilos y volvé dentro de algunos meses, porque tu problema es el peso. Hemos simplificado un grave y complejo problema, pensando que si se come poco se soluciona el tema, desestimando la verdadera raíz del sobrepeso de la persona”, dijo. “Vivimos en una sociedad que no se da cuenta, que una persona con sobrepeso, se colocó esos kilos de más en su cuerpo por no saber decir que no, pero no a la comida, sino a las demandas o exigencias familiares, entorno social o laboral. La solución a la obesidad no es bajar de peso, sino soltar lo que no le pertenece. Es decir, para adelgazar de manera definitiva, debe soltar lo que no le corresponde y comenzar a mirarse con amor y respeto. Esa es la manera de que la balanza, un simple y frío aparato, refleje un resultado que sea perdurable para toda la vida”.