viernes 29 de marzo, 2024
  • 8 am

El 84% de los uruguayos consume todo tipo de carnes

Investigadores del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en conjunto con técnicos de la Universidad de la República y de institutos neozelandeses, elaboraron un estudio sobre las preferencias y motivaciones de los consumidores uruguayos sobre la carne, trabajo que fue publicado en la reconocida revista Meat Science.
El Ing. Fabio Montossi, uno de los investigadores que participó de dicho estudio, dijo que «el estudio brinda información que reafirma tendencias mundiales y en otros casos genera sorpresas», pero destacó que el país de la carne «lo importante es que estamos conociendo mejor a los consumidores de carne del Uruguay».
El trabajo marca que nuestro país se encuentra entre los 20 mayores consumidores de carnes en el mundo, pero reafirma que es el principal consumidor mundial de carne vacuna per cápita.
El consumo aparente anual de carne para el 2021 es de 91,2 kilogramos por persona, la cual se distribuyen en el siguiente padrón: Bovina (46 kilos), Aviar (19,3 Kg), Porcina (19,3 Kg) y Ovina (2,2 Kg).
El lugar de residencia, la edad, el sexo, el nivel educativo y socioeconómico, no son factores que incidan en la frecuencia de consumo de carne bovina. Por su parte el menor nivel de ingresos económicos incide en un aumento del consumo de carne porcina y aviar, en tanto que el lugar de residencia es determinante para el consumo de carne ovina, que es más frecuentemente consumida en el interior del país.
Dietas
Los participantes de la encuesta realizada por los técnicos debieron responder sobre el tipo habitual de alimentación o dieta, en este sentido el 84% dijo no seguir una dieta especial, pero el 6,2% señaló ser vegano o vegetariano, el 2% seguir una dieta pescetariana y el 4,3% una dieta flexitariana. En este sentido, las mujeres, los jóvenes entre 18 y 20 años y personas con nivel de educación terciaria son más proclives a adoptar dietas veganas y vegetarianas. En tanto quienes han disminuido el consumo de carne en su dieta, han tomado la decisión en base a tres motivos, el cuidado del medioambiente, el bienestar animal y la salud humana.
Si bien en Uruguay aún no existe la presencia de análogos sintéticos a la carne, producidos en laboratorio, si existen sustitutos con proteínas de origen vegetal. En este caso el 33% de los encuestados se mostró proclive a sustituir la dieta, siendo mayoritariamente mujeres y personas con mayor nivel educativo. En el caso de la consumición de análogos sintéticos, únicamente l 17% se mostró predispuesto a probar estos productos, principalmente jóvenes y aquellos con alto nivel educativo.
Dispuestos a pagar más
En el mundo los consumidores, principalmente en la Unión Europea y Estados Unidos, están muy preocupados con el medioambiente y la producción de carne, por lo que existe una importante diversidad de certificaciones de los procesos productivos y de calidad de carne en particular. Estos sistemas de certificación tienen costos adicionales, por lo que en el mundo se paga más por este tipo de carnes, por lo que se consultó a los encuestados en Uruguay, si estaban dispuestos a pagar más por ello.
En este sentido hubo una predisposición del consumidor uruguayo en pagar más por estas certificaciones, en particular aquellas que están asociados al proceso de producción, en el que se puede garantizar el bienestar animal, la producción a pasto, orgánica, sostenible, con marcas y trazable (que en nuestro país la trazabilidad individual es obligatoria).
Estrategias diferenciales
Los investigadores indican al final del estudio, que la información recabada en la encuesta realizada, «permite identificar públicos objetivos, para diseñar estrategias diferenciales de promoción del consumo de carne, destinadas especialmente a mujeres, jóvenes y personas con mayor nivel de educación e ingreso», así como también el aumento del consumo de carnes «en aquellas personas de menor ingreso».
Recomiendan «informar a la población sobre los beneficios de la carne en la salud humana como parte de una dieta balanceada, los aspectos positivos de los sistemas de producción en Uruguay con relación al bienestar animal y el medio ambiente, así como su contribución a la sostenibilidad socioeconómica del sector productivo y del país».