sábado 21 de diciembre, 2024
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Más del 30% de la uva será certificada sostenible este año

El revoltijo

El presidente saliente de la Federación Rural, Martín Uría Shaw, pronunció su discurso final en el congreso 106 de la gremial, destacando la importancia del gremialismo agropecuario y los desafíos que enfrenta el sector. Uría resaltó la labor de los productores y la dimensión de la Federación Rural, compuesta por un gran número de personas comprometidas que trabajan en beneficio de todos, de manera honoraria.
El presidente saliente señaló las disparidades existentes en el sector, donde cada rubro enfrenta realidades diferentes. Mencionó el desarrollo constante del sector forestal, contrastando con el deterioro del sector ovino y las diferencias en los rendimientos agrícolas según las condiciones de riego. Además, destacó el impulso productivo en el sector lechero y la resistencia sindical frente al avance tecnológico necesario. Uría también mencionó la pérdida del control sobre la garrapata y la sequía como factores que afectan a todos los rubros agropecuarios.
El presidente saliente resaltó la necesidad de tomar medidas para enfrentar la sequía, aunque reconoció que solo las lluvias definitivas podrán solucionar la situación. Destacó la colaboración con el gobierno y las Intendencias, aunque lamentó la falta de uniformidad en las respuestas. Uría expresó su preocupación por la falta de compromiso de algunos sectores económicos que no participan activamente en la búsqueda de soluciones, mientras disfrutan de la riqueza generada en el campo.
En cuanto a la situación económica, el presidente saliente manifestó su inquietud por la competitividad del sector agropecuario. Señaló que los altos impuestos, los costos en combustibles y tarifas públicas afectan la economía del sector. Además, destacó la necesidad de acceder a los mejores mercados internacionales, lo cual requiere productos de calidad y un compromiso por parte de los gobiernos en brindar el apoyo necesario.
Uría también abordó otros temas de interés, como el control de los perros y la necesidad de revisar la representación de los productores en el INBA. Asimismo, mencionó el impuesto del 1% a los semovientes, considerándolo anacrónico y burocrático, y pidió su eliminación para garantizar la libertad de los ganaderos en la gestión de sus bienes.
La sanidad animal fue otro aspecto fundamental destacado por el presidente saliente. En particular, expresó la necesidad de actuar rápidamente ante la proliferación de la garrapata, planteando la oportunidad de utilizar estructuras ya existentes para controlar esta plaga y retomar el control en la próxima primavera.
En relación a las regulaciones del sector, Uría subrayó que el agro es uno de los sectores más regulados en el país, lo cual genera burocracias y costos innecesarios. Instó a simplificar y eliminar trámites engorrosos que dificultan la actividad productiva y dependen de la voluntad de los funcionarios.
Uría expresó su preocupación por el conflicto sindical en CONAPROLE, resaltando la actitud irracional de un sindicato que se niega a adaptarse a los inevitables cambios y deja de lado a los productores, quienes son fundamentales para la existencia de la industria láctea.
El discurso también abordó otros aspectos relevantes, como la necesidad de revisar la institucionalidad agropecuaria, la falta de educación rural para los estudiantes, las regulaciones bancarias, los planes de salud laboral que no consideran las particularidades del sector agropecuario, la rigidez laboral, los planteamientos sobre la reducción de la jornada laboral, el subsidio permanente en el combustible, las decisiones judiciales relacionadas con delitos rurales, entre otros. Estos son temas cruciales que requieren una atención especial y un trabajo conjunto.
No obstante, Uría también reconoció los avances logrados en diversas áreas. Destacó mejoras en la seguridad rural, el desarrollo de infraestructuras viales en el interior del país, la ampliación de la cobertura de señal telefónica por parte de ANTEL, los avances en la electrificación rural liderados por UTE y la iniciativa de buscar nuevos mercados internacionales para mejorar la economía. Además, valoró la disposición de las autoridades gubernamentales para escuchar y atender los planteos del sector, aunque algunos no se concretaron como se esperaba.
El presidente saliente también aprovechó la oportunidad para dirigirse a los ciudadanos no vinculados al sector productivo, rechazando los estereotipos negativos que se les atribuyen a los productores. Uría enfatizó que los agricultores y ganaderos no son responsables de todos los males, sino que trabajan en armonía con el medio ambiente, tratan bien a los animales y respetan a su personal. Además, resaltó que el cuidado y la conservación del interior del país son de vital importancia para los productores, ya que es allí donde trabajan y viven junto a sus familias.
En su mensaje a las autoridades y al sector político, Uría instó a definir qué tipo de país se desea construir. Señaló que Uruguay cuenta con un territorio dedicado en gran medida a la producción agropecuaria y que es fundamental reconocer y valorar este aspecto. Con tres millones de habitantes en un país sin montañas ni desiertos, y con una población educada, es necesario un enfoque político maduro e inteligente que tenga en cuenta la importancia del sector rural en su totalidad. Uría pidió que se deje de lado la división entre el interior y la capital, y se trabaje por el bienestar de todo el país.
El discurso concluyó con un llamado a los productores para que valoren su papel en la sociedad y se unan en la búsqueda de los cambios necesarios.