Quizás la vejez me esté dejando gagá, pero me ocurre que la sección Latidos me calienta a menudo. Siempre está contra cualquier cosa que exceda los límites absurdos que nos imponen. En la sección del domingo, destila veneno contra quienes exponen su poder adquisitivo por festejar un partido de Uruguay. Demuestra hasta resentimiento con quienes pueden darse el “lujo” de festejar, invita a convertirnos en soplones de la autoridad. Este es solo un caso de las decenas que he leído. Quienes nos atrevemos a salir a cenar y tomar un vino, si manejamos, para esta sección somos delincuentes en potencia. Levantar o dejar los niños en la escuela, si se hace en doble fila, se expone una y otra vez como lo peor de lo peor; ¡Son 4 turnos de 10 minutos! Y así ponga y siga. Disculpen moleste con este exabrupto, pero necesitaba desahogarme. Transito la ciudad a diario, en todas direcciones, el caos de los conductores deja chiquito el problema de estacionamiento en las escuelas. La intendencia en nada contribuye, más que generar estorbos y multas.
Viejo lector.
