Por Cecilia Eguiluz
En este espacio volvemos a tratar el tema de las repercusiones que tendrán en las finanzas de UTE los nuevos cambios realizados en la normativa vigente. Recordemos que por Decreto Presidencial recomendado por los ministerios de Industria, Economía y de Ambiente, se cambiaron las reglas de juego, dando un paso más hacia la privatización de la energía de nuestro país, disfrazado en un avance en cuanto a la matriz energética.
Los cambios tendrán incidencia en la capacidad de generación, los costos de la misma y en la desmonopolización de su suministro, pero definitivamente lo harán en el bolsillo de los contribuyentes.
Sumado a estos cambios en las normas, debemos tener en cuenta que en la actualidad el déficit hídrico también está generando problemas en los costos de UTE, quién a su vez debe seguir pagando los contratos a los privados de las energías eólicas y fotovoltaicas. La falta de agua generó necesidades a la empresa estatal quién debió importar energía, a un precio menor al que se le paga a estas empresas privadas desde hace casi diez años y por el que deberá pagar otros diez o veinte años más. Como lo ha manifestado el director de UTE por Cabildo Abierto, el Dr. Enrique Pées Boz, el sobreprecio que paga UTE a los privados se debe a que los contratos que hizo el gobierno anterior son caros, respecto a los costos de hoy en día, teniendo en cuenta la evolución tecnológica. Recordemos que UTE paga a los privados por obligación contractual 130 el KWatt cuando actualmente vale 30.
Los contratos PPA, UPM 2 y ahora el decreto del 17 de mayo de 2023, tienen una característica común y es la de facilitar la gestión privada. Por lo que el Ejecutivo mandata a UTE y a todos los usuarios, que somos 1.600.000, a asumir los riesgos de excedentes de energía y sobreprecios a través de las tarifas.
Estamos convencidas que estos valores serán trasladados a las tarifas, provocando en el mejor de los casos que no se pueda bajar el costo de la energía a los usuarios, es evidente que UTE no va a perder dinero.
Desde esta columna semanal, que agradecemos a la Dirección de Diario Cambio, vamos a seguir escribiendo sobre este tema, pero lamentablemente vemos que, un asunto tan importante como éste, no ha acaparado la atención política. Quizá y sin quizá detrás del aparente desinterés, lo que existe son verdaderos intereses poderosos a los cuales no les sirve hablar de estos temas. Pero al final del día el avance de esta nueva realidad en los costos va a repercutir en el bolsillo de cada uno de nosotros. Uruguay cuenta con la energía eléctrica más cara de la región, el negocio privado sigue beneficiándose como ya lo hemos expuesto. Lo que sin duda es sorprendente y determinante es que incluso en ese escenario la dirección del gobierno sea seguir privatizando, porque evidentemente hacía ahí van las medidas implementadas.
Por ende, es un resultado evidente que lejos de bajar el precio de la energía para todos nosotros, la misma tienda a aumentar generando todos los inconvenientes en la vida familiar y comercial de quienes en forma responsable pagan su servicio.
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