
Por Cary de los Santos Guibert
El capitán José Silimbani, anteriormente en su país natal, era panadero y tenor suplente, que estaba cansado de esperar una oportunidad en el canto. Sin embargo, tenía otras destrezas, era un versado deportista en distintas disciplinas. El investigador argentino Guillermo Zinni, nos cuenta sobre la impresión que causaba en sus presentaciones:
“…El italiano a donde llegaba conmocionaba a todo el mundo y despertaba no pocas envidias. Su apodo era «¡Ce ne fosse!», porque cuando concluía sus exhibiciones de carrera y de lucha exclamaba triunfante: «¡Ce ne fosse un’altro come me!». ¹
La joven Antonieta, había nacido en 1878 en la comuna italiana Casola Valsenio, en la provincia de Ravenna, cerca de la capital, Forli. Y el joven José había nacido en la ciudad de Forli en la región Emilia Romagna. Luego Antonieta realiza estudios en obstetricia, canta y le va bien, era soprano. Sin embargo, Silimbani se le cruza en su camino, se enamoran, se casan, y juntos persiguen el sueño de volar hasta atraparlo y convertirlo en una hermosa realidad. Sus primeras exhibiciones en globo aerostáticos la realizaron en Forli y luego en Ravenna, Italia.
DETRÁS DEL SUEÑO Y LA FAMA
En 1902 el joven matrimonio decide abandonar su país natal y se establecen en Buenos Aires, dedicándose a dar conciertos, él como tenor y ella como soprano ligera. Y en los ratos libres, practicaban repetidas veces la ascensión en globo aerostático, incluyendo distintos ejercicios y destrezas acrobáticas, realizados por Antonieta, desde un trapecio colgado del canasto del globo, y cuándo, se les daba la oportunidad hacían exhibiciones aerostáticas. Sin embargo, en esa época, el matrimonio hace contacto con un representante de artistas de diversas disciplinas, y José Silimbani, le cuenta sobre la ascensión en globo aerostático, produciéndose de forma inmediata la asociación entre ellos, para realizar sus proezas aerostáticas en pueblos y ciudades del interior de la Argentina. El debut lo realizaron en la pista “Scaglia” en Rosario – Santa Fe, traído por la fábrica de cigarrillos y habanos “Americana”.
RELATOS DE LAS ASCENSIONES EN CIELO SALTEÑO
Luego de las ascensiones en Rosario, cobraron gran notoriedad y siguieron recorriendo Argentina, hasta que llegan a la progresista ciudad uruguaya del litoral Norte, para realizar sus proezas y acrobacias aéreas. El evocador salteño Eduardo Santos Taborda, en su crónica «Los aeronautas Martínez y Silimbani», nos relata lo siguiente:
“Al año siguiente, es decir, en el mes de junio del 1895, vino hasta nosotros el Capitán Silimbani y su señora, con su globo el «Invencible Forli”, pareja esta de valientes aeronautas y arriesgados trapecistas, realizando desde el mismo Recreo Salteño dos ascensiones, la primera realizada el dia 24 del citado mes, el día de San Juan, en ella se elevó en el «Invencible Forli» el Capitán Sillimbani, el que después de tomar altura, fue impulsado por el viento Sur-Este, hacia la barra del Arroyo San Antonio Chico, yendo a caer entre los árboles del monte, en Campo de los Hornos del Sr. Garaventa, de donde fueron rescatados aeronauta y globo con toda felicidad. En la segunda ascensión, realizada el día de San Pedro, del «Invencible Forli» pendían dos trapecios, desde los cuales, la pareja de aeronautas emocionaron al público con difíciles y arriesgados ejercicios acrobáticos. El viento arrastró al globo hacia el Río Uruguay yendo este a caer en medio del Río, próximo al Castillo San Carlos de la vecina orilla, donde fueron recogidos por un vaporcito del Astillero…»
A pesar, de equivocarse el cronista salteño Taborda, referente a la estación y año mencionados en su publicación, su relato ameno, nos hacen leer con pasión y descubrir otros detalles de la presentación de los aeronautas italianos aquí en Salto. El periódico semanal e ilustrado “La Alborada” de Montevideo, en su edición del 10 de enero de 1904 pública en página dedicada a Salto, sobre la primera ascensión del Capitán Silimbani y su señora:
«En el mes pasado se verificó en el Recreo Salteño, de esa ciudad, una ascensión en globo, que congregó al lugar citado á mucha gente, por la novedad que el hecho tenía para el pueblo del Salto. El globo que efectuó la ascensión y que se llama «Forli», pertenece al capitán areonauta José de Silimbani, y en su barquilla subió la intrépida esposa de este señor. Después de navegar un rato por los aires, el globo descendió á tierra con su preciosa carga, con toda felicidad. Esta primera ascensión en globo ocurrida en nuestra república es un caso que no había nunca pasado por las mentes siquiera de sus hijos y mucho menos de los de una ciudad de campaña donde estos adelantos de la civilización no pueden ser posibles, por la estrechez del ambiente que no facilita ni con mucho pedir, los recursos ingentes que son necesarios arriesgar para hacer probable un mediano éxito en la peligrosa navegación de los espacios. Aunque el globo del capitán aeronauta Silimbani, no es del mismo tipo que se ha hecho indispensable, llenó y llena las modestas aspiraciones de nosotros.» ¹
El relato de “La Alborada” nos confirma que la primera ascensión del capitán Silimbani y su señora en el Salto Oriental, se efectuó en el mes de diciembre de 1903. Sin embargo, en su relato nos ningunea, desconociendo todos los logros y progresos alcanzados por Salto y sus pobladores. Cuando aún era una villa, en los diarios porteños de 1859, en sus columnas aparecía información y hasta versos dedicados al mejor pueblo del Uruguay, por su progreso y sus nobles habitantes y por su virtud fraternal.
“Y es un hecho muy palpable
Y abundante de verdad,
Que es hoy el pueblo del Salto
El mejor del Uruguay”
Párrafo extraído de los versos de “El Salto Oriental” de José A. Castillo, de Buenos Aires, publicados en la Columna de Literatura Nacional del periódico “La Reforma” de Buenos Aires en el año 1859.