Por Melisa Ferradini.
La XXXVIII edición de la Jornada Mundial de la Juventud de la Iglesia Católica se realizó en Portugal desde el 1 al 6 de agosto del 2023. Esta jornada es una peregrinación, una fiesta de la juventud, una expresión de la Iglesia universal y un fuerte momento de evangelización del mundo juvenil. Se presenta como una invitación a una generación determinada en construir un mundo más justo y solidario. Entre los 185 países que participaron en el evento, estuvo Uruguay. Por eso, alrededor de 500 jóvenes provenientes de distintos departamentos viajaron a Europa para este encuentro internacional de la Iglesia católica. En diálogo con CAMBIO, 2 jóvenes de la comunidad Salesiana de nuestro departamento, Ignacio Menoni de 26 años y Alfonso Igarzábal de 28 que participaron junto con el Padre José Pérez, nos dan su testimonió de lo vivido destacando el intercambio con otros pares de distintos lugares del mundo y los mensajes del Papa Francisco.
EXTRAORDINARIA JORNADA
La Jornada Mundial de la Juventud ha demostrado ser un laboratorio de fe, una cuna de vocaciones y un instrumento de evangelización y transformación de la Iglesia, tratando siempre de llegar a las nuevas generaciones y así conocer la palabra de Dios. La definen como algo extraordinario algo que nos sorprendió. Se hospedaron en parroquias, gimnasios, escuelas, polideportivos y hasta casas de familia, para así participar en los eventos principales de la jornada: la ceremonia de acogida y apertura, el Vía Crucis, la vigilia (en donde todos los peregrinos acampan en un mismo lugar) y, el último día, la misa de envío. “Nos llamó la atención la cantidad de jóvenes que había. La manera de tratar de comunicarte con el resto, si bien éramos de todo el mundo no todos hablamos el mismo idioma. No todos hablamos todos los idiomas pero tratábamos de comunicarnos con señas y así se daba el intercambio”.
INTERCAMBIO DE PULSERAS
“Nosotros llevamos para intercambiar pulseras, esa era la manera de comunicarte, tratar de intercambiar eso. De ahí en más comenzabas una charla y preguntabas. También te comunicabas mediante el celular con el traductor. La idea era relacionarte y compartir esos momentos. Las ganas y el entusiasmo de la gente de encontrarse con un Dios simple y hablar el mismo idioma de la Fe. Además de hablar distintos idiomas nos entendimos a través de la Fe. Sabíamos porque estábamos ahí. Todos los jóvenes que estábamos ahí teníamos un fin en común. Eso es lo que nos nucleó a todos en esta experiencia y las ganas de vivir la fe. Distintas formas de vivir pero todos con un mismo fin”.
LA PREVIA
EL padre José fue el motivador para vivir esta jornada junto al Papa. La movida fue importante. Al principio dudamos pero de a poco nos fuimos largando con la idea de llevarla a cabo. Comenzamos hacer actividades de beneficio al final viajamos nosotros junto al padre José. Un año antes comenzamos a recolectar fondos con el grupo pero por distintos motivos el resto del grupo no pudo participar y fuimos nosotros 2. Somos ex alumnos del Colegio Salesiano, además participamos del Oratorio y de la Obra Social Don Bosco.
JÓVENES DE OTROS PAISES
Había jóvenes de Asia, África, Europa, Norte América de todo el mundo. “Nosotros nos quedamos en la zona de Cascais, ahí todos los que residíamos éramos de habla hispana. Luego en las actividades nos mezclábamos con jóvenes de todo el mundo. La jornada fue de 5 días. Del 1ero al 6 de agosto. Caminábamos mucho o nos trasladamos a las actividades entren o metro. Las distancias eran largas. De día mucho sol y por las noches hacía frío”.
ENCUENTROS CON EL PAPA
El Papa entusiasmó a los jóvenes a salir, a transmitir el evangelio, a no quedarte encerrado en tu propia comunidad. A no tener miedo de transmitir tú fe. Esa serían las conclusiones. “Desde tu lugar, desde tu comunidad abrirte a los demás. Salir a la periferia a transmitir tu fe. No tener miedo a lo que digan los demás. Los momentos que el Papa Francisco habló fueron concretos y específicos, no tan extensos. Dedicados especialmente a los jóvenes. Fueron momentos muy emotivos y lindos. A todos nos llegaron sus palabras. Mensajes cautivantes y nos fueron aburridores. El Papa nos incentivó a ayudar a los demás, estar abiertos de todo corazón al otro. No quedarnos en lo de cada uno sino animarse abrirse a los demás. Nos impactó su simpleza en transmitir los mensajes y la sencillez de hacer sentir al otro y hacerle llegar las palabras. Cada joven que estuvimos ahí cumpliremos la misión de transmitir el mensaje del Papa”.
DESDE EL LUGAR QUE ESTEMOS
“El mundo de hoy, las noticias todos dicen que “la juventud está perdida” y ver 1 millón de jóvenes detrás de un Cristo que vive, que te llama a vivir la fe y transmitir una vida distinta, es posible. No estamos perdidos. Nosotros llegamos a Lisboa el 1ero de agosto, ese mismo día en la tarde nos fuimos a la misa donde comenzaba la jornada. A partir de ahí comenzaron las actividades y el día martes se realizó un gran encuentro Salesiano. Un encuentro muy emotivo con la comunidad salesiana”.
TRANSMITIR LO VIVIDO
Transmitir la experiencia de vivir algo único. “Una posibilidad que no la tenemos todos los días. Si la tenemos a la posibilidad aprovecharla y vivirla. No te deja igual que como te fuiste. Nosotros fuimos y no volvimos igual. Volvimos renovados con otra mirada. Una mirada distinta de la sociedad y de la fe que cada uno tiene. Vemos la vida de otra manera. La tratamos de vivir de otra manera. Valió la pena haber realizado esta experiencia. Nos ha llenado mucho a nivel individual. La misión de comunicarle al resto de lo que hemos vivido todavía no lo hemos podido hacer. Son muchas emociones vividas. Pero esta en nosotros compartir con las familias, los amigos y toda la comunidad. Tratar de incentivar a los jóvenes a moverse y salir para ayudar a otros. La misión como jóvenes es esa y la llevaremos a cabo. Se fortalecen vínculos que quedan. Compartimos con jóvenes de otros departamentos del país lazos de amistad y de actividades que sirvan como nexo de la misión que nos encomendó el Papa Francisco”, señalaron.
Locales Titulares del día