sábado 23 de noviembre, 2024
  • 8 am

“No me hablen más de política”

Cecilia Eguiluz
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Cecilia Eguiluz

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Minervine

Por Cecilia Eguiuz
Hoy, quiero referirme a la sensación de descreimiento que percibo en muchísima gente respecto a “la política” y “los políticos”.
Más allá de los círculos en los que nos movamos, por razones de trabajo o social, es recurrente encontrar ciudadanos que son indiferentes a la actividad política, y me da la sensación de que cada vez es mayor.
Resulta que ya estamos en el año electoral, dentro de seis meses los uruguayos vamos a elegir presidente y parlamentarios. Sin embargo no existe ese “ambiente” de campaña electoral.
A su vez, los Partidos políticos están inmersos en luchas internas, definiendo dentro de sus propias estructuras quienes serán las autoridades que van a gobernar en sus órganos partidarios nacionales y departamentales. Las internas partidarias determinan quiénes serán los convencionales cuya función esencial es decidir quién será el candidato, o candidata, a vicepresidente en cada partido en el caso de los nacionales. Y los integrantes de las convenciones departamentales elegirán a uno o tres candidatos, o candidatas, a intendente con sus respectivas fórmulas.
No se define ahora los candidatos a la diputación o al senado en forma directa, sin embargo, en muchos casos, las alianzas electorales para llegar a esos escaños resultan de los votos de la interna que tendrá lugar el Domingo 30 Junio próximo.
Los salteños que trabajamos políticamente y participaremos en estas elecciones internas, de todos los Partidos, seguramente seamos miles; creemos que todo el mundo está pendiente de lo que sucede y es porque ese espacio tan político y competitivo parece en permanente ebullición. Pero seguramente sea una percepción de ese microclima que incluye a unos pocos miles de personas de un total de 120 mil habitantes que tiene Salto. Los demás, o sea la mayoría de la gente, no están “enganchados” en esta competencia.
Tengo la percepción de que miles y miles de salteños están sumergidos en sus propios problemas, descreídos de que algo vaya a cambiar. Y esa sensación es comprensible teniendo en cuenta los problemas que tiene nuestro departamento. Por un lado, la enorme tasa de desempleo, por otro, el alto costo de vida, el endeudamiento familiar y la ausencia de políticas concretas que mejoraran el rendimiento de las PyMEs y grandes empresarios salteños.
Creo que existe descreimiento en la política y en los políticos porque la realidad de Salto está mal, su gente está mal y todos seguimos escuchando que quienes hoy aún tienen el poder decían saber cómo solucionar las cosas y no lo hicieron, sin embargo hoy vuelven a pedir el voto prometiendo lo que no han hecho. Y hablo tanto a nivel nacional como departamental.
Si Salto hubiese mejorado en alguno de sus indicadores seguramente la gente estaría interesada en las elecciones. Porque no solo está desencantada, también está enojada, pues ellos confiaron, esperaron y no tuvieron respuesta. Esos ciudadanos son a los que hoy escuchamos decir “no me hablen más de política” y tienen sus fundadas razones.
Sin duda que gobernar es un arte muy difícil y conformar a todo el mundo es imposible, pero lo cierto es que la realidad siempre impera y la realidad de Salto muestra que no hubo peso político de los actores actuales para mejorar al departamento. La gente está cansada de personalismo y “yoismo”.
Habrá que trabajar mucho para lograr que los salteños tomemos la posta de nuestro futuro con la alegría y el compromiso que se necesita para sacar a este hermoso departamento adelante, pero eso es algo que tenemos que hacer entre todos.