Ante el colapso del turismo de compras en Argentina, salteños consideran a Chile como nuevo “destino ideal”
Por Andrés Torterola
Comprar en el mercado local es una práctica que no solo beneficia a la comunidad y a la economía local, sino que también tiene una serie de ventajas tanto para los consumidores como para los empresarios. En el caso del Centro Comercial e Industrial de Salto y sus 610 empresas socias que emplean a 8.500 trabajadores, -según información brindada a CAMBIO- hay razones sólidas para apoyar y promover el consumo local.
UN MOMENTO CRÍTICO
Durante la pandemia, se observó directamente el fenómeno migratorio de ciudadanos salteños que efectuaban sus compras en Concordia y otras localidades de Argentina, motivados por la disparidad cambiaria. En aquel entonces, el desempleo en Salto alcanzaba el 14,8%. En la actualidad, ha descendido al 11,7%. Aunque aún no se ha alcanzado la meta deseada, los datos sugieren que el fortalecimiento del sector empresarial puede ser clave para revertir esta situación. De todas formas, la preocupación por la fuga de capitales hacia Brasil, donde los productos tienen precios considerablemente más bajos, ahora se ve amplificada por una nueva amenaza para el comercio de Salto y la región. Según informes de medios uruguayos y argentinos, tras el colapso del turismo de compras en Argentina, los uruguayos están considerando a Chile como su nuevo «destino estrella».
REINVERTIR EN
LA COMUNIDAD
En diálogo con comerciantes de diferentes rubros indicaron que las empresas locales no son solo lugares donde se realizan transacciones comerciales; también son parte integral de la identidad y la cultura de una comunidad. Al comprar en el mercado local, se fortalecen los lazos comunitarios al interactuar con propietarios y empleados que conocen y comprenden las necesidades locales. Además, las empresas suelen reinvertir parte de sus ganancias en la comunidad a través de patrocinios, donaciones y eventos, lo que enriquece el entorno social y cultural, cosa que no sucede si las compras se hacen en países vecinos.
Es bien sabido que los salarios en Uruguay y el poder adquisitivo de sus habitantes no se encuentran entre los mejores, mientras que los impuestos representan una carga significativa tanto para los empresarios como para la población en general. En este contexto, la necesidad de reducir la carga impositiva y de implementar políticas de frontera parecen cada vez más urgente.
CONTEXTO INTERNACIONAL
Por otro lado, -dijeron los empresarios-la carga impositiva elevada constituye un obstáculo para el desarrollo empresarial y la inversión. Los altos impuestos reducen los márgenes de ganancia de las empresas, limitando su capacidad para expandirse, contratar más empleados y contribuir al crecimiento económico.
Esta situación se agrava aún más cuando se considera el contexto internacional, donde la competencia entre países por atraer inversiones es cada vez más intensa.
La necesidad de bajar impuestos y adoptar medidas para mejorar la competitividad económica y el poder adquisitivo de los uruguayos se presenta como un imperativo en el actual escenario. Estas acciones no solo beneficiarían a los empresarios, sino que también tendrían un impacto positivo en el bienestar y el desarrollo general de la población.