Por Pablo Vela
Es de público conocimiento que nuestro candidato a presidente el Dr. Andrés Ojeda hizo de la Salud Mental un eje fundamental en su programa de Gobierno hecho que fácilmente se puede conocer a través de los diferentes medios sea internet, papel, etc.
Previo a estos anuncios, hace casi 3 años, la 9007 ya incluía en su carpeta de trabajo la preocupación por la salud mental. El concepto de Salud Mental en aquel momento reducido a la preocupación puntual que nos planteaban los jóvenes de la agrupación por la situación que atravesamos o atraviesan nuestros jóvenes y las altas tasas de suicidios que seguimos teniendo aún.
Hoy en día desde nuestra banca de diputados, ya con el respaldo de la jerarquía y la experiencia de los equipos de Andrés Ojeda y Gustavo Zubía, aquel concepto acotado se amplió y es analizado en toda su dimensión, la problemática en el Uruguay y su Salud Mental.
Legislar sobre ella como prioridad y así darle mayor rango y jerarquía a las herramientas a crear para luchar contra la pandemia de la que se habla, se hace y pero alcanza.
Focalizar aún más sobre los grupos a la hora de actuar debe ser prioridad.
La acciones para los grupos de personas adolescentes hasta adultos jóvenes no serán las mismas que las del adulto mayor aunque si pueden compartir los motivos: económicos, soledad, etc. La presencia permanente, rápida y sencilla debe ser esencial: telemedicina y otros métodos que eviten esperas debe ser pronto una realidad en todo el país y por Salto trabajaremos desde la 9007.
No olvidar los oficios o profesiones con mayor exposición al estrés: por ejemplo policías, médicos, bombero, docentes, por los que promoveremos centros especializados en determinadas áreas para prevenir y no lamentar, siempre evitando el abuso en el que lamentablemente a veces se cae al momento de aprovechar la certificación médica (hecho que se ha controlado con la reciente legislación).
Educación en Salud Mental, el crecimiento de niños sanos mentalmente nos ahorrará luego lamentos y recursos económicos, la continuidad de la lucha contra el bulling no debe estar en duda y hasta profundizarse.
Cerrando esta columna no podemos desconocer el daño también que generan las adicciones, alcohol, drogas, siendo el camino que transitan con una salud mental dañada, destrozando la salud mental de una familia y posiblemente, a pesar de que muchos no lo quieran ver, el destrozo de lazos familiares, separaciones, colapsos económicos que son el principio de otros problemas, de otros integrantes de la familia a nivel de “cabeza”. Los centros de atención para adicciones deberán también ser bastiones en este sentido donde las políticas estatales puedan apoyarse.
La salud mental es una prioridad. Proponemos una atención integral y accesible para todos, con especial enfoque en la prevención del suicidio y el apoyo a los más vulnerables.
Los adolescentes son vulnerables de por sí, por su fase de maduración, hoy en día los problemas económicos que puedan estar atravesando familiarmente, más los problemas que habitualmente puede sufrir los han vuelto una población sumamente vulnerable.
En definitiva, estar, estar y estar. Escuchar, escuchar y escuchar.
Acercar al profesional al paciente o a quien pueda necesitar ayuda, ser escuchado o simplemente acompañado: policlínicas, centros de atención, telemedicina, sin esperas, atenciones inmediatas.
El Uruguay es hermoso, también por quienes hoy padecen problemas de Salud Mental debemos seguir sacándolo adelante, para que todos puedan disfrutar aunque sea un pedacito del hermoso país en el que habitan.
A nivel departamental se extrapolan todas nuestras palabras y por esas cosas, desde nuestra banca: más y mejor salud mental.
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