Por Melisa Ferradini.
Este lunes 8 de septiembre a las 19:30 horas, en el histórico Hotel Concordia, se llevará a cabo la presentación oficial de la tercera edición del libro ¿Quién te enseña a vivir?, de la Lic. Martha Flores. Es psicóloga y ha dedicado gran parte de su carrera a trabajar con personas en diferentes ámbitos de desarrollo personal. Su libro no es un manual de recetas cerradas, sino una invitación a mirar hacia adentro y comprender que vivir plenamente requiere autoconocimiento, vínculos sanos y capacidad de reinventarse. En dialogo con CAMBIO la escritora, comparte anécdotas del proceso de escritura y cuenta que la propuesta no se limita a una presentación formal, sino que busca convertirse en un espacio de conversación y construcción colectiva de sentido.
-¿Por qué el título del libro?
-Surge de una inquietud recurrente en el consultorio. Mis pacientes, al enfrentarse al dolor o a los conflictos familiares, solían preguntarse: ¿quién tiene realmente las respuestas a este problema o a este sufrimiento? La conclusión a la que llegamos es que esas respuestas no están afuera, sino en la propia conciencia, en los valores familiares y en la práctica del discernimiento del libre albedrío, que es quizá lo más complejo de llevar a la vida cotidiana. Fue a partir de esta reflexión que decidí escribir un manual de valores humanos, para acompañar a las personas en sus procesos de decisión y en la búsqueda de mayor claridad en su camino personal.
-¿Por qué “Aprender a vivir” es tan importante?
-“Aprender a vivir” es uno de los objetivos más importantes de cualquier ser humano. Las familias tienen un rol fundamental en transmitir las bases de la salud mental, la salud espiritual y el sentido de la vida. Sin embargo, muchas veces nos toca crecer en familias disfuncionales, con falta de tiempo para la educación, atravesando crisis, accidentes o enfermedades. Eso hace que las personas no siempre reciban en su infancia toda la información que necesitan para aprender a vivir. En esos casos, la vida misma se convierte en la gran escuela. Pero es un camino más duro, porque uno debe apoyarse en las incertidumbres y en las experiencias que se van presentando: el trabajo, los encuentros fortuitos, etc.
-¿Cómo ha sido la recepción del libro en el público?
-La recepción ha sido maravillosa. Incluso lo llamamos “un libro vivo”, porque a partir de él se creó una metodología que se aplica en cursos online y en procesos terapéuticos. Trabajo con muchas personas del interior y también del exterior, acompañándolas a través de los valores humanos. Juntos vamos sanando historias familiares y mejorando situaciones personales vinculadas a depresión, crisis de pareja, problemas laborales o de reconversión, incertidumbre con el dinero o procesos de duelo por enfermedades y pérdidas. En general, me encuentro con personas que ya están en un camino de cuidado y autocuidado, o que se dedican a cuidar a otros.
-¿Cuáles son los mayores desafíos para aprender a vivir?
-Uno de los principales desafíos surge de las historias familiares y de las experiencias que nos toca atravesar. El primer momento suele ser el shock frente a la dificultad, aquello que cuesta aceptar o vivir. El segundo desafío está en el campo genético: la forma en que cada uno reacciona frente a esas pruebas. Algunas culturas lo llaman karma, entendido como una acción que reactiva tendencias o patrones.
