Pasar al contenido principal

Preocupación por situación de reclusos salteños recluidos en “Cerro Carancho”

Familiares de nueve salteños que se encuentran privados de libertad en el Centro Penitenciario Cerro Carancho, ubicado a unos 10 kilómetros de la ciudad de Rivera, denunciaron que los internos fueron sacados de sus respectivas celdas y brutalmente golpeados por funcionarios del establecimiento. Según el relato de los familiares, además de las agresiones físicas, los reclusos habrían resultado heridos por disparos de perdigones de goma efectuados por los propios funcionarios del recinto carcelario.
CASTIGOS FÍSICOS
CAMBIO entrevistó a Luis Vargas, padre de Darío, quien según informó sería el más afectado por los disparos de balas de goma. Vargas expresó que su hijo está cumpliendo una pena y que está bien que así sea, pero subrayó que nada justifica el castigo físico ni los malos tratos. Señaló además que el abogado presentó una denuncia ante la Seccional Cuarta de Policía de Salto debido a las agresiones sufridas por Darío. El entrevistado explicó que no cuenta con los recursos económicos necesarios para viajar hasta Rivera y que hace un año y medio no puede ver a su hijo. Por esa razón, están realizando gestiones para que los reclusos sean trasladados a Salto, donde podrían estar más cerca de sus familias. Finalmente, manifestó su preocupación porque tras los incidentes, no han tenido ningún tipo de comunicación con Darío, y según la información que les brindó un funcionario policial, aún no ha recibido atención médica.
SIN SUS PERTENENCIAS 
De los nueve salteños privados de libertad en el Centro Penitenciario Cerro Carancho, tres fueron trasladados a la Cárcel Central, entre ellos Nahuel Freitas. CAMBIO dialogó con su madre, Julia Moreira, quien relató con preocupación que su hijo no estaba recibiendo alimentos y que, antes del traslado, los funcionarios penitenciarios requisaron su celda, lo hicieron colocar contra la pared y lo agredieron físicamente. Según Moreira, Nahuel fue informado de que sería trasladado, pero no se le permitió llevar sus pertenencias personales; únicamente pudo salir con una bermuda y una remera, sin abrigo ni calzado adecuado. “Mi hijo me llamó y me pidió que le mandara ropa, porque está haciendo mucho frío y no tiene nada”, expresó la madre.