
El Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) llevó a cabo una serie de jornadas denominadas «Mejor con ovinos, escuchando a los protagonistas», visitando varios establecimientos en distintos puntos del país. El ciclo de actividades comenzó en el establecimiento «Delia», ubicado en el corazón del Basalto, en la zona de Carumbé, Salto, un lugar tradicionalmente ovejero del país. Recordemos que el objetivo principal de este ciclo de charlas fue difundir las experiencias de productores que han implementado ajustes y cambios exitosos en sus sistemas de producción ovina, logrando así mejores resultados tanto en lo productivo como en lo económico.
La actividad, que tuvo lugar en la previa a una nueva zafra de reproductores y anticipando el ciclo productivo de servicios de fin de verano – otoño de 2025, se presentó como una oportunidad clave para que los productores evaluaran estrategias de mejora en el rubro ovino. El equipo técnico del SUL consideró fundamental dar a conocer casos como el de «Delia», donde el entusiasmo y la visión de sus responsables demuestran que apostar por la ovinocultura sigue siendo una decisión acertada en la zona más ovejera del Uruguay.
El establecimiento «Delia», perteneciente a la familia Barragué, se erige como un ejemplo de la ganadería del Basalto, con un índice CONEAT promedio de 54, 80% de suelos superficiales y predominancia de campo natural. Cuenta con 3.400 ha y 40 potreros donde se desarrolla un sistema de cría con venta de terneros al destete y vacas gordas a industria en los vacunos y un ciclo completo con venta de borregos después de la esquila de su segundo vellón y ovejas de descarte en los ovinos. Es un sistema que obtiene buenos ingresos por carne ovina a partir de buenos niveles de señalada y adecuados pesos de venta. Además, con casi 2 ovinos por ha y cerca de 8 kg de lana por ha, con un fuerte componente de los ingresos del rubro ovino proviene de la lana.
En ese sentido, Delia actualmente se encuentra en un proceso de absorción y transición hacia la producción de lanas por debajo de las 20 micras, utilizando la raza Merino Australiano como herramienta. Históricamente, el esquema productivo en los ovinos siempre tuvo un fuerte componente lanero. Ante la inquietud por mejorar los ingresos por concepto lana, la empresa interpretó las señales del mercado que demandan lanas más finas que las que el establecimiento habitualmente producía (23 – 24 micras).
El Ing. Agr. Juan Barragué, administrador del establecimiento, compartió con el público presente, la lógica detrás de los cambios realizados en los ovinos en los últimos años. Más allá de las dificultades asociadas a tomar decisiones de cambio tan drásticas, Barragué basó sus argumentos en el volumen de lana que produce «Delia» y en el impacto que se logra en el precio que se obtiene por la misma. En 2024 el establecimiento produjo, por un lado, aproximadamente 11 mil kg de lana de 24,2 micras (proveniente únicamente de la esquila de animales adultos de la majada original) y, por otro lado, aproximadamente 11 mil kg de lana de 17,6 micras (proveniente de la esquila de animales adultos y borregos, de la nueva majada y cruzas). La diferencia de ingreso bruto entre estos dos lotes de lana fue cercana a los US$ 40.000.
Durante la jornada, se señaló que, a la luz de las señales que ha brindado el mercado lanero en los últimos 4 – 5 años, «aquellos sistemas que tienen grandes expectativas de ingreso por concepto lana deben ubicar su lote por debajo de las 20 micras». Por otra parte, también se señaló la importancia de apuntalar los ingresos por carne ovina, que dependen fundamentalmente del desempeño reproductivo de la majada y del peso con que se venden los animales. En línea con el concepto que se ha promovido desde SUL, en sistemas que producen lana fina de alto valor, «el aporte de la carne ovina puede significar ‘otra zafra de lana'». Esto implica que, en escenarios de precios relativamente bajos para las lanas finas y altos para la carne ovina, y/o ante muy buenos resultados reproductivos o de pesos de venta de los animales, en sistemas de producción como el de «Delia», típico del Basalto, la magnitud de los ingresos por carne ovina puede ser similar a la de los ingresos por lana.
Según el Ing. Agr. Juan Barragué del Establecimiento «Delia», «hay mucha manija en que no hay que tener más ovinos. En este establecimiento se hizo la cuenta, simulando tener sólo vacunos, sin ovinos y es imposible lograr el mismo monto de ingresos sin ovinos. El ovino en este tipo de campos es muy importante para lograr buenos resultados físicos y económicos».
Además de examinar animales en los bretes, se repasaron algunas claves del manejo sanitario de estos sistemas con el DMV. Sergio Fierro, haciendo particular énfasis en parásitos gastrointestinales y afecciones podales. Los cambios realizados por la familia Barragué le permitieron mejorar los ingresos con los ovinos y alcanzar un registro muy satisfactorio de US$ 54/ha de ingreso bruto, con algo menos de 2 ovinos por unidad de superficie, en un año que se ha descripto como complejo y desafiante para el rubro.
El Ing. Agr. Juan Barragué enfatizó: «en este establecimiento se hizo la cuenta, simulando tener sólo vacunos, sin ovinos y es imposible lograr el mismo monto de ingresos sin ovinos. El ovino en este tipo de campos es muy importante para lograr buenos resultados físicos y económicos». Se concluyó que, manteniendo buenos registros de producción física, que son elementos sobre los cuales el productor tiene mayor margen de acción, ante la eventual llegada de mejores precios, el ingreso bruto de los ovinos puede alcanzar niveles mucho mayores tal que se equiparen, por ejemplo, a los costos de arrendamientos promedio para tierras de uso ganadero.