Un reciente informe liderado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advierte que, si no se adoptan medidas concretas, el uso de antibióticos en el ganado podría incrementarse casi un 30 % para el año 2040 en todo el mundo.
La investigación, publicada en la revista Nature Communications, fue presentada esta semana y destaca que la clave para revertir esta tendencia reside en mejorar la productividad ganadera mediante una gestión más eficiente, prácticas sanitarias adecuadas y la innovación tecnológica en los sistemas de producción pecuaria.
Según el estudio, de mantenerse las condiciones actuales, el uso mundial de antibióticos en la ganadería alcanzaría las 143.481 toneladas en 2040, en comparación con las cifras registradas en 2019. No obstante, el análisis también ofrece una perspectiva optimista: si se logran mejoras estratégicas en la productividad animal, esta cifra podría reducirse en un 57 %, descendiendo a aproximadamente 62.000 toneladas.
Esta reducción no solo tendría un impacto positivo en la salud animal y en la sostenibilidad de la producción, sino que también sería crucial para combatir la resistencia a los antimicrobianos (RAM), una de las mayores amenazas para la salud pública mundial.
Una de las principales contribuciones de esta investigación es la introducción del método de conversión de biomasa ganadera, una herramienta que permite estimar de manera más precisa la intensidad de uso de antibióticos.
Gracias a este enfoque innovador, los responsables políticos y los actores del sector agroalimentario disponen ahora de datos más fiables para diseñar e implementar estrategias de reducción del uso de medicamentos en animales de producción. Alejandro Acosta, economista del sector pecuario de la FAO y autor principal del estudio, subrayó que «mejorar la eficiencia de la producción ganadera es clave para frenar el uso de antibióticos» y destacó que al producir más alimentos de origen animal con el mismo número de animales o menos, se puede reforzar la seguridad alimentaria mundial.
La preocupación por el uso excesivo de antibióticos en la ganadería no es nueva, pero se ha intensificado en los últimos años debido al creciente riesgo de resistencia antimicrobiana.
La Declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la RAM de 2024 instó a una reducción significativa en el uso de antimicrobianos en los sistemas agroalimentarios para el año 2030, objetivo que enfrenta importantes desafíos, especialmente en aquellas regiones donde la producción de alimentos de origen animal está en expansión para satisfacer la demanda creciente.
Para apoyar a los países en esta transformación, la FAO ha lanzado la iniciativa Renofarm, que proporciona asistencia técnica, capacitación y directrices políticas para promover prácticas de producción más sostenibles. Junxia Song, oficial superior de Sanidad Animal de la FAO y coautora del estudio, enfatizó que «las partes interesadas del sector pecuario deben trabajar juntas para mejorar la prevención de enfermedades, reforzar los sistemas de seguimiento e invertir en innovaciones que reduzcan la dependencia de los antibióticos».
El éxito de estas estrategias será fundamental no solo para garantizar una producción ganadera más responsable, sino también para proteger la salud de las generaciones futuras.
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