
Por Dr. J. L. Mascari
Hace cuatro años, una voz se apagó en las páginas de Diario CAMBIO. El Dr. Néstor Albisu, o simplemente “Nono”, dejó de regalarnos su pluma dorada, deteniendo para siempre la columna que se había convertido en un clásico de los jueves: “Divagues”. Con su partida, el periodismo salteño perdió un referente, y sus lectores quedaron huérfanos de recuerdos, reflexiones y anécdotas sobre la historia de Salto, la política y la vida misma.
Durante años, cada jueves, la firma de Albisu se convirtió en un faro para los lectores del diario, un punto de encuentro con el pasado y una ventana a historias que dejaban huella. No existen estadísticas precisas sobre la circulación de esos ejemplares, pero es un hecho que la columna de “Nono” era una de las más esperadas, un evento semanal que concentraba la atención de un público ávido de sus textos.
El día que la pluma se detuvo, dejó un vacío irremplazable. El silencio que siguió no fue por falta de candidatos para continuar con la columna, sino por la dificultad de encontrar un sucesor que escribiera de todo como lo hacía un hombre excepcional como Albisu. Su intelecto, su vasta cultura, su compromiso político y su sensibilidad eran inagotables y no cualquiera puede asumir el desafío de continuar su legado.
A cuatro años de su partida, para mí, la columna sigue vacía. La esperanza de que alguien con la capacidad y el respeto necesarios se atreva a retomar aquella pluma dorada aún persiste, con la ilusión de que, algún día, vuelvan a brillar en las páginas del diario. Mientras tanto, el recuerdo de “Nono” y de sus “Divagues” sigue vivo en la memoria de quienes seguíamos su columna.
Para finalizar, agradezco a la dirección de CAMBIO por darme, para esta ocasión, el mismo lugar donde escribía sus Divagues el querido “Nono”.