
Por Andrés Torterola
En el programa radial “Nuevo Tiempo”, Luis Mendieta, vocero del grupo Reencuentro de Familiares de Personas Privadas de Libertad, se refirió a la difícil situación que viven decenas de familias, principalmente del interior del país, cuyos seres queridos han sido trasladados a cárceles ubicadas a cientos de kilómetros de sus lugares de origen.
GRUPO DE FAMILIAS
Mendieta explicó que esta agrupación está integrada por familiares que enfrentan no solo el dolor de la separación, sino también las dificultades logísticas y económicas que implica recorrer grandes distancias para poder mantener el vínculo con sus hijos, hermanos, padres o parejas que hoy se encuentran privados de libertad. “Se trata de personas que ya están atravesando una situación dolorosa, y que además deben lidiar con la imposibilidad de visitarlos regularmente debido a la lejanía”, expresó.
DERECHOS VULNERADOS
El vocero señaló que la lucha del grupo se basa en el respeto a un derecho humano fundamental, consagrado en la Ley Nº 14.470, la cual establece que toda persona privada de libertad tiene derecho a recibir visitas de sus familiares y amigos. Sin embargo, este derecho se ve vulnerado cuando los reclusos son trasladados a establecimientos penitenciarios distantes, sin considerar el impacto que esto genera en su entorno afectivo. “El contacto con los afectos es una herramienta clave para la rehabilitación y la reinserción social. No estamos pidiendo privilegios, estamos reclamando que se respete la normativa vigente y el sentido humano de la privación de libertad, que no debería implicar una ruptura total con la familia”, remarcó Mendieta.
EL OBJETIVO ES LA REHABILITACIÓN
Las expectativas del colectivo apuntan a que las autoridades penitenciarias y del sistema judicial consideren la posibilidad de reubicar a estas personas en cárceles cercanas a sus comunidades de origen, promoviendo así el fortalecimiento del vínculo familiar. Para el grupo Reencuentro, garantizar este derecho no solo es una cuestión legal, sino también una medida que favorece la recuperación emocional tanto de los privados de libertad como de sus familias. Mendieta señaló que el pasado 14 de julio mantuvieron una reunión con la senadora del Frente Amplio Betiana Díaz, en la destacaron que, según distintos enfoques en rehabilitación, hasta un 80% del proceso de reinserción social de una persona privada de libertad depende del sostén emocional y afectivo brindado por su entorno familiar. En ese sentido, advirtieron que las decisiones que implican trasladar a los reclusos lejos de sus hogares y de sus vínculos afectivos no solo vulneran sus derechos, sino que además van en contra del objetivo central del sistema penitenciario: la rehabilitación.