lunes 18 de agosto, 2025
  • 8 am

Ramón Soto dijo que el 84% de los médicos se concentran en Montevideo y brecha de inequidad continua creciendo

Por Melisa Ferradini
El Dr. Ramón Soto, médico rural desde hace 36 años en Valentín y Referente Nacional para las Ruralidades del Ministerio de Salud Pública, dialogó con CAMBIO sobre los desafíos que enfrenta la salud en el interior profundo. Con pasión por su labor y un profundo conocimiento del territorio, afirmó que su nuevo rol “no es un cargo, es una extensión lógica” de su tarea cotidiana, que busca llevar la voz de las comunidades rurales a las autoridades y, al mismo tiempo, aplicar en el territorio las estrategias del Ministerio. El Dr. advierte sobre la inequidad territorial, la migración del campo a la ciudad, la falta de recursos humanos.
LOS DESAFIOS
A nivel país, la salud en zonas rurales enfrenta múltiples desafíos que van más allá de la asistencia médica estricta. «Uruguay es uno de los países de América Latina mejor posicionados en cuanto a ruralidad, pero eso no quiere decir que esté resuelto», señala Soto. «Hay una inequidad territorial que se manifiesta en factores salariales, sociales, culturales y académicos.» El salario es un punto clave: la dificultad para atraer y retener profesionales en el interior del país está vinculada en gran medida a la remuneración y a la falta de incentivos para la especialización y la educación médica continúa en entornos rurales. Pero también influyen cuestiones sociales, culturales y de calidad de vida. “Vivimos en un país centralizado. El 84% de los médicos se concentran en Montevideo y el eje de la ruta 1. Eso genera un robo de talento humano hacia las metrópolis», enfatiza.
PRIMER NIVEL DE ATENCION
El primer nivel de atención, el primer contacto de los usuarios con el sistema de salud, cobra especial relevancia en el ámbito rural. «El objetivo es que el 85% de los problemas de salud se puedan resolver en territorio, en las policlínicas y puestos rurales. Esto reduce costos para el país y para las personas, que no deben trasladarse a la ciudad, con todos los gastos y dificultades que eso implica», explica. Pero para que esto sea posible, se requiere un equipo interdisciplinario sólido y capacitado, que incluya médicos, enfermeros, auxiliares, odontólogos, psicólogos y otros profesionales, con condiciones laborales y salariales adecuadas.
PEDIDO DE LA MINISTRA
En su reciente designación como referente nacional para las ruralidades, el doctor Soto recibió un encargo claro de la ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg: «Me pidió que le transmitiera las necesidades concretas de los ámbitos rurales, construidas colectivamente con los distintos actores, para bajar la estrategia ministerial a los territorios.» Este pedido implica no solo denunciar las inequidades que el colectivo rural viene señalando desde hace más de dos décadas, sino también integrar la salud rural en la mesa articuladora del primer nivel asistencial, con su especificidad y desafíos propios.
REALIDAD DEMÓGRAFICA
Actualmente, un 4% de la población uruguaya vive en zonas rurales dispersas, una cifra que sigue disminuyendo debido a la migración hacia las ciudades, en busca de mejores condiciones. Esto genera un círculo vicioso: el abandono de la ruralidad debilita la oferta de servicios y potencia la centralización en las capitales. “La ruralidad no es solo un lugar geográfico, es una cultura, una forma de vida que tenemos que respetar y fortalecer», enfatiza Soto.