lunes 18 de agosto, 2025
  • 8 am

Profesionales de “Centro Integra” reflexionan sobre desafíos y oportunidades que vive la infancia actual

Por Melisa Ferradini.
En agosto se celebra el Mes de la Niñez, una ocasión para recordar que cuidar de los más pequeños es una responsabilidad que nos atraviesa a todos. Más allá de los festejos, esta fecha nos invita a pensar cómo acompañamos sus pasos, cómo sostenemos sus sueños y cómo construimos, junto a ellos, entornos donde puedan crecer seguros, escuchados y queridos. Desde el Centro INTEGRA, la Psicopedagoga Agustina Signorelli y el Psicólogo Franco Santana en dialogo con CAMBIO desean compartir la mirada sobre los desafíos y las oportunidades que vive la infancia hoy, con la convicción de que cada niño, niña y adolescente merece ser reconocido en toda su singularidad y potencial.
-Agosto es el Mes de la Niñez en Uruguay. ¿Qué significa para ustedes esta fecha?
-Es una oportunidad para detenernos a pensar en qué lugar ocupa la infancia en nuestra sociedad. No es solo un momento de celebración, sino también de compromiso: asegurar que cada niño y niña pueda crecer en un entorno que le garantice salud, afecto, educación y oportunidades para desarrollarse plenamente.
-Ustedes trabajan con niños, niñas y adolescentes en distintas áreas. ¿Cómo lo hacen?
-Contamos con un equipo interdisciplinario que incluye psicología, psicopedagogía, fonoaudiología, psicomotricidad y terapia ocupacional. Cada niño que llega es único: algunos presentan dificultades en el lenguaje, el aprendizaje, la motricidad o la regulación emocional; otros necesitan apoyo para transitar momentos difíciles de su vida. Nuestro trabajo es escuchar, evaluar y diseñar un plan de acompañamiento a medida, siempre junto a la familia y la escuela.
-En su experiencia, ¿cuáles son las claves para incluir a todos los niños?
-La inclusión empieza por mirar las potencialidades antes que las limitaciones. Implica adaptar los entornos —ya sea en la escuela, en la casa o en los espacios recreativos— para que todos puedan participar y aprender. También requiere derribar prejuicios: un diagnóstico no es una etiqueta que define quién es un niño, sino una herramienta para entender mejor cómo apoyarlo.
-Mencionan los diagnósticos. ¿Cómo los abordan con las familias?
-Con claridad, respeto y sin tecnicismos. Un diagnóstico bien comunicado no asusta: orienta. Permite abrir caminos para acceder a los apoyos necesarios. No se trata de decir “lo que no puede”, sino de descubrir “cómo sí puede” y qué necesita para lograrlo.
-¿Qué mensaje les gustaría dejar en este mes de la niñez?
-Que la infancia no es un ensayo de la vida, es la vida misma. Los niños tienen derecho a ser escuchados, a equivocarse, a jugar, a recibir atención cuando algo no va bien y a crecer rodeados de adultos que confíen en ellos. Invertir en la niñez es invertir en el futuro, pero sobre todo en el presente de nuestra sociedad.