domingo 17 de agosto, 2025
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Solo un 43% de trabajadoras domésticas está afiliada al sindicato y prevalece informalidad y desprotección social

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Por Andrés Torterola
Cada 19 de agosto se celebra en Uruguay el Día de la Trabajadora Doméstica, un feriado pago y no laborable, instaurado en reconocimiento del primer Consejo de Salarios del sector en 2008. Esta fecha rememora un mojón en la lucha por condiciones laborales dignas y es propicia para reflexionar sobre los avances y los desafíos pendientes, sobre todo en el departamento de Salto.
LEY
La Ley Nº 18.065 de 2006 sentó las bases jurídicas del trabajo doméstico en Uruguay. Estableció jornadas máximas de 8 horas diarias y 44 semanales, descanso intermedio, indemnización por despido y en casos de embarazo, seguro de desempleo, jubilación, cobertura de salud y negociación colectiva. Desde entonces, el sistema ha avanzado en reconocimiento formal, aunque la informalidad persiste como un problema crónico. En Uruguay existen alrededor de 120.000 trabajadoras domésticas, de las cuales menos del 43 % está afiliada a la seguridad social. En Salto, el panorama es similar: la informalidad prevalece y muchas mujeres trabajan sin cobertura ni protección social. Frente a este escenario, la filial del Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD) en Salto ha intensificado sus acciones territoriales. En junio de 2025, llevó adelante una campaña de concientización en el barrio Uruguay, entregando folletos informativos y generando espacios de diálogo para explicar los beneficios del sindicato y promover la afiliación.
IGUALDAD Y DERECHOS
Lucía Bueno, referente local del SUTD, en diálogo con CAMBIO señaló que esa estrategia busca “acercar el sindicato a quienes aún desconocen su existencia o no han podido afiliarse”. En esas jornadas, una trabajadora afirmó con claridad: “Ya no queremos ser tratadas como ciudadanas de segunda”. El objetivo no es sólo la inscripción sindical, sino también construir un respaldo colectivo que defienda derechos esenciales como salario mínimo justo, seguridad social, jornadas legales y condiciones laborales libres de abusos. Estas acciones tienen un doble valor: por un lado, visibilizan una labor fundamental que durante largo tiempo fue invisibilizada; por otro, generan redes de solidaridad. En un departamento como Salto, donde la precariedad laboral y la falta de empoderamiento son comunes, estos esfuerzos sindicales son pasos valiosos hacia la dignificación del trabajo doméstico, indicó Bueno.
MOVILIZACIÓN
El Día de la Trabajadora Doméstica es más que una fecha en el calendario: representa la lucha por justicia laboral, la conquista de derechos y el reconocimiento nacional del trabajo invisible. En Salto, ese ideal se materializa en la acción concreta del SUTD local, que va puerta a puerta para informar, empoderar y afiliar. Cada folleto entregado, cada conversación iniciada, cada afiliación lograda suma fuerza a un movimiento que exige —con razón— ser tratado con igualdad, derechos y respeto, concluyó.