miércoles 20 de agosto, 2025
  • 8 am

Marcelo Cattani reflexiona sobre los desafíos de la fotografía y posibilidades que aporta lo tecnológico

Por Melisa Ferradini.
En el marco del Día Mundial de la Fotografía, CAMBIO dialogó con el fotógrafo salteño Marcelo Cattani, un apasionado del arte visual que desde hace más de tres décadas captura instantes que, como él mismo afirma, “dejan huellas en la memoria”. En la entrevista repasa sus inicios, reflexiona sobre la evolución tecnológica, la importancia de la sensibilidad en el oficio y la capacidad de la fotografía para transformar miradas. El fotógrafo recuerda que su primer contacto con una cámara fotográfica fue en la adolescencia, cuando comenzó a experimentar de manera intuitiva.
SUS INICIOS
“La fotografía me atrapó desde el primer momento”, relata. Con el tiempo, esa curiosidad se transformó en una vocación. “Empecé a formarme, a estudiar técnica y composición, pero también a buscar un estilo propio. Porque una foto no es simplemente apretar un botón: detrás hay una mirada, una interpretación de la realidad y una intención de contar algo”. El fotógrafo destaca que la fotografía le permitió recorrer distintos ámbitos: desde el registro documental y el fotoperiodismo, hasta la fotografía artística. En todos los casos, asegura que lo esencial es la sensibilidad. “Podés tener la mejor cámara del mundo, la tecnología más avanzada, pero si no hay sensibilidad no hay fotografía. Sin emoción, la foto no tiene vida”, enfatiza.
LA TRANSFORMACIÓN TECNOLÓGICA
Uno de los temas inevitables en la conversación fue la transformación que supuso la irrupción de lo digital. “Yo empecé con rollos, con la espera de revelar para ver si la foto había salido como uno esperaba. Eso te enseñaba a pensar mucho antes de disparar. Hoy lo digital agilizó el proceso y abrió un mundo de posibilidades, pero también hizo que se pierda un poco la pausa, la reflexión previa”, señala. A pesar de ello, Cattani no ve a la tecnología como una amenaza, sino como una herramienta. “Lo importante no es la cámara, sino el ojo del fotógrafo. Una buena foto no depende del equipo, sino de la capacidad de observar, de detenerse en lo que otros pasan por alto”.
ARTE Y MEMORIA
Consultado sobre el valor de la fotografía en la sociedad actual, Cattani subraya su doble función. Por un lado, la considera un arte que transmite belleza, emociones y mensajes. Por otro, destaca su papel en la construcción de memoria colectiva. “Una fotografía tiene el poder de congelar el tiempo, de hacernos revivir un momento. Hay imágenes que marcan generaciones enteras. En ese sentido, la fotografía es testimonio, pero también es poesía visual”. En su propia trayectoria, reconoce que lo más gratificante ha sido poder emocionar al otro con su trabajo. Cattani también reflexiona sobre cómo la fotografía cambia a quienes la practican. “Uno aprende a mirar distinto. Lo cotidiano deja de ser rutinario y empieza a ser un campo de descubrimiento.
ARTE PARA TODOS
Antes de finalizar, el fotógrafo invita a las nuevas generaciones a acercarse a este arte sin miedo. “Hoy todos tenemos una cámara en el celular. Eso democratiza la fotografía, pero lo importante es no quedarse solo con el clic. Hay que animarse a mirar, a buscar un ángulo distinto, a transmitir algo. No hace falta ser profesional para que una foto tenga valor: lo que importa es la intención y la emoción que hay detrás”.