domingo 24 de agosto, 2025
  • 8 am

Costos de producción de la soja serán de US$ 1.100/ha

La Sociedad de Fomento Rural Colonia Valdense (SOFOVAL) presentó un informe técnico sobre los costos de producción de los cultivos de verano para la zafra 2025, relevando los principales rubros de soja, maíz y sorgo, con un análisis detallado de la estructura de costos, el comportamiento de insumos y las proyecciones de rentabilidad en los distintos escenarios de precios y rendimientos.
El estudio destaca que los costos totales de producción de soja para la próxima campaña se ubican en torno a los 1.110 dólares por hectárea, considerando el paquete tecnológico de referencia con rendimiento objetivo de 2.700 kilogramos por hectárea. De este monto, el 41% corresponde a insumos, donde se destacan semillas, fertilizantes y fitosanitarios. Los gastos de labores representan un 32% del total, mientras que el arrendamiento de tierras y servicios de cosecha completan la estructura.
En el caso del maíz de primera, los costos totales alcanzan aproximadamente 1.600 dólares por hectárea, proyectando un rendimiento objetivo de 6.000 kilogramos por hectárea. El rubro de mayor incidencia corresponde a fertilizantes, que absorben cerca del 35% de los costos directos. El maíz de segunda, con un rendimiento objetivo de 4.500 kilogramos por hectárea, presenta un costo total de 1.250 dólares por hectárea.
Respecto al sorgo, el informe consigna que los costos promedios rondan los 1.050 dólares por hectárea, para un rendimiento esperado de 4.200 kilogramos por hectárea. En este cultivo, el costo de semillas y herbicidas representa un 30% de la inversión, mientras que las labores agrícolas y el fertilizante nitrogenado explican otro 40%.
Desglose por rubros de costos
En soja, la semilla representa en promedio 75 dólares por hectárea, los fertilizantes 190 dólares y los fitosanitarios 170 dólares, con un gasto en labores agrícolas de 355 dólares. A estos valores se suma el arrendamiento de tierra, estimado en 250 dólares por hectárea, y la cosecha, en torno a 70 dólares. En total, el costo operativo directo asciende a 1.110 dólares, lo que implica un costo por kilogramo producido cercano a 0,41 dólares, siempre que se logre el rendimiento objetivo.
En maíz de primera, la semilla insume 180 dólares por hectárea, mientras que los fertilizantes ascienden a 560 dólares y los agroquímicos a 220 dólares. Las labores agrícolas alcanzan los 420 dólares por hectárea, y el arrendamiento 250 dólares. El costo total se sitúa en 1.600 dólares, lo que determina un costo por kilogramo de 0,27 dólares. Para maíz de segunda, los costos bajan a 1.250 dólares, con semilla de 150 dólares, fertilización de 420 dólares y labores por 340 dólares, proyectando un costo por kilogramo de 0,28 dólares.
En sorgo, los costos de semilla se estiman en 90 dólares por hectárea, la fertilización en 280 dólares, los herbicidas en 110 dólares y las labores en 330 dólares. El arrendamiento se mantiene en 250 dólares por hectárea y la cosecha en 65 dólares. El costo total asciende a 1.050 dólares, resultando en un costo unitario de 0,25 dólares por kilogramo.
Rentabilidad y márgenes
El análisis de márgenes brutos elaborado por SOFOVAL señala que la rentabilidad de la soja dependerá fuertemente de los precios internacionales, que al momento de la proyección se sitúan en torno a 440 dólares por tonelada. Con este valor, el margen bruto estimado para un rendimiento de 2.700 kilogramos es de 80 dólares por hectárea. En caso de rendimientos de 3.000 kilogramos, el margen asciende a 200 dólares, mientras que con 2.500 kilogramos el resultado es deficitario en 50 dólares por hectárea.
Para maíz de primera, con un precio proyectado de 210 dólares por tonelada, el margen bruto es de 60 dólares por hectárea con 6.000 kilogramos de rendimiento. En el maíz de segunda, el margen se reduce a 20 dólares por hectárea con un rendimiento de 4.500 kilogramos. En tanto, el sorgo, con un precio de referencia de 190 dólares por tonelada, proyecta un margen bruto de 80 dólares por hectárea con el rendimiento esperado.
El informe advierte que la variabilidad climática es un factor determinante, y que escenarios de rendimientos por debajo de los promedios técnicos conducen rápidamente a márgenes negativos, especialmente en soja y maíz de segunda.
Incidencia de arrendamientos y costos financieros
Un aspecto destacado por el equipo técnico de SOFOVAL es el peso del arrendamiento de tierras en la ecuación económica de los cultivos de verano. El valor de referencia utilizado, de 250 dólares por hectárea, representa entre el 15% y el 25% del costo total según el cultivo.
Asimismo, los costos financieros asociados al capital de trabajo tienen una incidencia creciente en el resultado final. Para soja, se estima un costo financiero de 25 dólares por hectárea, mientras que en maíz de primera asciende a 40 dólares y en sorgo a 20 dólares. Estos valores pueden variar según la tasa de interés aplicada y el acceso a crédito de cada productor.
Comparaciones interanuales
En relación con la zafra anterior, los costos de producción de soja presentan un incremento de 6%, debido principalmente al aumento en fertilizantes y fitosanitarios. El maíz de primera muestra una suba de 8% respecto a la campaña anterior, mientras que el maíz de segunda aumentó un 5%. En el caso del sorgo, el incremento fue de 4%, con mayor incidencia del costo de fertilizantes nitrogenados.
El informe resalta que, pese a la leve reducción en los precios internacionales de granos respecto a 2024, la competitividad de los cultivos de verano se mantiene, aunque con márgenes más ajustados.
Conclusiones técnicas
El relevamiento de SOFOVAL concluye que la soja sigue siendo el cultivo de referencia en términos de superficie y proyecciones de ingresos, aunque con márgenes estrechos y fuerte dependencia del clima y los precios internacionales. El maíz de primera se presenta como una alternativa estratégica para diversificación, con márgenes similares pero mayor exigencia tecnológica. El maíz de segunda mantiene un papel complementario, de menor rentabilidad. El sorgo, por su parte, se posiciona como una opción de menor riesgo relativo, con costos más bajos y márgenes competitivos en escenarios de precios moderados.