
Por Andrés Torterola
Mario Furtado, quien se desempeñó como Director de Servicios Públicos durante la pasada administración de la Intendencia de Salto, manifestó a CAMBIO su malestar con el exintendente Andrés Lima. Según explicó, la molestia surge porque en un momento crucial no obtuvo respuesta de Lima, a pesar de haber intentado comunicarse con él telefónicamente para plantearle la situación de los 292 funcionarios municipales que fueron cesados por la actual administración encabezada por el Dr. Carlos Albisu.
APOYO
Furtado señaló que su intención era transmitir a los trabajadores afectados que contaban con respaldo político y humano, y que el exintendente —por su experiencia y sus vínculos— tenía la posibilidad de brindarles apoyo concreto. En este sentido, mencionó que Lima podría haber contribuido, por ejemplo, acercando asesoramiento legal o facilitando instancias de orientación con profesionales que pudieran guiarlos en el proceso.
NO PUEDE ESCONDERSE
“Lima sabe perfectamente que durante nuestra gestión las cosas se hicieron de forma correcta, y por eso no puede esconderse en un momento de dificultad como este”, expresó Furtado, en referencia a lo que consideró una ausencia de compromiso del exintendente en una coyuntura que afectó directamente a cientos de familias salteñas. El exdirector sostuvo que la actitud de Lima generó decepción en un sector de los trabajadores que esperaban de él un gesto de respaldo y acompañamiento. A su entender, cuando se producen decisiones de alto impacto social, como la desvinculación de casi 300 funcionarios, los liderazgos políticos deben estar presentes y actuar con sensibilidad frente a la incertidumbre de las personas involucradas.
ENDEUDAMIENTO ALTO
Furtado aclaró que no se arrepiente de haber acompañado a Andrés Lima durante todos estos años, ya que considera que las dos administraciones del exintendente se caracterizaron por ser gobiernos prolijos tanto en lo económico como en lo jurídico. Según explicó, “las cosas se hicieron bien” y se trató de una gestión cauta y responsable. Reconoció que en varias oportunidades la ciudadanía reclamaba la concreción de más obras, pero recordó que las posibilidades eran limitadas porque los recursos económicos no lo permitían. “Después de 2015 la Intendencia quedó con un nivel de endeudamiento muy alto, y por eso era imposible encarar grandes proyectos de infraestructura”, señaló. En ese marco, destacó la decisión política de priorizar a las personas y el mantenimiento de los servicios esenciales. “Lo fundamental fue asegurar el pago en tiempo y forma a los funcionarios, no atrasarse con los proveedores y sostener el funcionamiento básico de la Intendencia”, afirmó. “Como militante y referente político que integramos el equipo de gobierno, creemos que Andrés Lima no puede darles la espalda a los compañeros. Lamentablemente, los utilizó y ahora que lo necesitan no está presente. Lima abandonó Salto y la ciudadanía se lo cobró”.