
Por Cary de los Santos Guibert.
En 1928, la Casa Ambrosoni celebró su cincuentenario, marcando medio siglo de vida comercial que transformó la región de Salto. Fundada por inmigrantes italianos, liderados por un joven Pietro Ambrosoni, que se estableció en la zona de San Antonio alrededor de 1810, la empresa comenzó en una modesta casa antes de inaugurar su sede principal.
UBICACIÓN ESTRATÉGICA
La ubicación estratégica de la Casa Ambrosoni, cerca de la estación de tren de San Antonio, fue clave para su éxito. Se convirtió en un centro de distribución esencial, proveyendo productos a todo el norte de Uruguay. Bajo el liderazgo de Pedro Ambrosoni (hijo), el negocio no sólo creció, sino que también impulsó el desarrollo de la comunidad, ayudando a establecer servicios vitales como escuelas, comisarías y centros médicos.
UN VERDADERO
IMPERIO COMERCIAL
Para 1928, la Casa Ambrosoni era un verdadero imperio. Dirigida por Pedro Ambrosoni y Juan B. Dedeáns, la sede principal era un complejo multifuncional que incluía oficinas, una tienda de artículos generales, una panadería, una fábrica de fideos, un molino y varios depósitos. Además, tenía sucursales en Itapebí y Cuchilla Salto.
LA DIVERSIDAD DE SU OFERTA
Productos propios: Fabricaban y procesaban una amplia gama de alimentos, incluyendo los Caramelos Ambrosoni, Cocoa Ambrosoni, y las yerbas mate «Malatita» y «Ambrosoni». También producían galletas («San Antonio», «Gaucho»), pan, tartas y una línea completa de fideos con la marca «Los Ideales».
Distribución y representación: Eran agentes y distribuidores de productos de renombre como los de la marca «URRETA». También representaban a compañías internacionales, siendo agentes de la West Indian Oil Company (vendiendo nafta, queroseno y aceites) y de la COOPER (ofreciendo neumáticos «United States Rubber»).
Comercio general: Compraban y vendían granos como avena, trigo, lino y cebada, y comercializaban artículos como hierro galvanizado para techos y azufre italiano.
La Casa Ambrosoni fue más que un negocio; fue un motor de progreso que contribuyó significativamente al crecimiento de San Antonio, Salto y toda la región, dejando un legado de emprendimiento e impacto social. (Agradecemos a Mario Trindade por su valiosa colaboración).