sábado 21 de diciembre, 2024
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Leishmania en humanos se mantiene bajo control pero siguen apareciendo perros infectados por el parásito

En Uruguay el insecto que transmite la leishmaniasis fue encontrado por primera vez en 2010. Desde aquel momento investigadores de la Udelar han seguido de cerca la marcha de un proceso biológico complejo que involucra también a un parásito unicelular, a la población canina, a los ciudadanos y su entorno doméstico.
Hace poco tiempo se registró el primer caso autóctono de la enfermedad en humanos en Salto y en adelante su propagación podrá ser controlada, pero no evitada.
La leishmaniasis es una zoonosis —es decir, una enfermedad transmisible que afecta a personas y animales—, causada por un parásito unicelular del género Leishmania.
Zonopsis continúa con el sangrado a perros que siguen apareciendo en casos positivos a la zoonosis en diversas zonas de la ciudad. La recomendación es sacrificar al anima infectado y adoptar medidas de profilaxis.
ESTUDIO A CANES
La enfermedad afecta también a los perros, que son el reservorio principal del parásito, es decir, sus organismos albergan al patógeno por un plazo muy prolongado durante el cual pueden permanecer asintomáticos, además el parásito se encuentra en condiciones adecuadas para ser transmitido. Esa transmisión se realiza a través de un insecto, que en nuestra región es el flebótomo Lutzomyia longipalpis. Estos pequeños dípteros se alimentan de sangre, de manera que contagian la enfermedad a través de sus picaduras, cuando han picado perros infectados.
Los flebótomos adultos son muy pequeños (2 a 3 mm), se caracterizan por tener el tórax incurvado y el cuerpo velloso de color oscuro. Poseen un único par de alas lanceoladas que durante el reposo ubican abiertas sobre el tórax formando una V. Se encuentran fuera y dentro de los hogares, en áreas urbanas y suburbanas con vegetación.
DE CARA A LA ENFERMEDAD
En humanos, el período de incubación de la LV varía entre 10 días y 24 meses, en promedio es de 2 a 6 meses. La infección puede ser asintomática, y cuando no lo es puede presentarse con síntomas inespecíficos como fiebre por tiempo prolongado, debilidad, falta de apetito, adelgazamiento, tos seca y diarrea. En el 6 a 20% de los casos, además de esos síntomas la enfermedad genera agrandamiento del hígado y del bazo, anemia, disminución de plaquetas y glóbulos blancos.
Las personas más vulnerables a los efectos de la enfermedad son los niños menores de 10 años y los mayores de 60. Para confirmar la existencia de leishmaniasis se realizan estudios que evidencien el parásito en tejidos, pruebas serológicas de alta especificidad o diagnóstico por PCR. Estas pruebas se realizan respectivamente en el Departamento de Parasitología y Micología de la Facultad de Medicina; en el Departamento de Laboratorios de Salud Pública, Unidad de Parasitología y Micología, División Epidemiología (MSP); y en el Instituto Pasteur.