
Edgardo Ruiz Díaz tenía las condiciones para llegar muy lejos, estuvo en Peñarol de Montevideo, conoció el fútbol profesional, y aunque jugó en River Plate y Deportivo Artigas, su recuerdo más querido fue defender a su Salto Nuevo querido. Un gran jugador que contó su experiencia a CAMBIO.
«Si bien mi padre fue jugador de fútbol en Paysandú, era yo el que sentía esa pasión por el fútbol desde que tengo uso de razón. Desde que recuerdo, siendo muy chico, lo mío era jugar a la pelota en el campito. Me crié en Diagonal 9, el número de puerta era 946, en barrio Salto Nuevo. Antes no había el tránsito que hay hoy, y en esa zona se podía jugar en la calle sin el peligro que existe hoy. Se ponían dos piedras de cada lado en la calle o un campito en frente, y ahí estábamos nosotros con otros compañeros del barrio jugando a la pelota. Un día, como yo jugaba bien y me gustaba, un vecino le dijo a mi madre por qué no me llevaba a jugar a un cuadro en el baby fútbol, porque veían que tenía condiciones. Como mi madre era nacida en el Cerro, además era muy conocida de los Benítez, todos jugadores de fútbol, me inscribí en el baby fútbol de Cerro. Así fue que empecé en la categoría de 8 años con uno de los Benítez, no recuerdo el nombre pero el padre del conocido ‘Japo’ Benítez. Después, Adalí Trindade me llevó al baby fútbol de Peñarol, donde termino haciendo el baby 10 a 13 años. Ya con 13 años me anoté en la Liga Salteña de Fútbol para jugar en las inferiores de Salto Nuevo, que era mi cuadro, donde me criéme, además de ser hincha de Salto Nuevo».
«Una de las cosas que siempre han dicho los grandes jugadores es que para llegar a triunfar como jugador, desde muy chico hay que meterse en los picados, donde juega gente grande, de mucha experiencia, exjugadores. De esos picados el gurí, aunque sea muy chico como me pasó a mí, sin dudas se aprende mucho, para después cuando jugaba con los chicos de mi edad ya tenía más cancha, más roce que ellos. Tuve después la oportunidad de haber jugado en todas las selecciones de baby fútbol representando a Salto, algo muy lindo. Uno de los técnicos era Hugo ‘Loco’ López, padre de Robert López. El presidente de la Liga de baby en ese entonces era Ferrando, el papá de Martín Ferrando. Me gustaba jugar de puntero, pero los técnicos querían jugara de ’10’, que fuera enganche, un creativo. Yo era muy pillo, me gustaba agarrar la pelota y driblear bastante, no soltaba la pelota y como me crié jugando con gente grande no tenía miedo. También yo cuando era chico, como era zurdo, quería patear con cualquiera de las dos piernas, para eso todos los días practicaba contra una pared en mi casa, así que aprendí a patear con las dos, todo idea mía porque me encantaba el fútbol. Después jugué en el campito, hasta el baby fútbol y en selecciones salteñas de baby, lo que me dio la posibilidad de conocer muchos lugares, otros departamentos, junto a jugadores que después se hicieron conocidos, como Edgardo ‘Marumba’ Duarte, Robert López, otros que no me acuerdo en el momento».
«En mis comienzos en las formativas de Salto Nuevo, con 13 años en una sub-15. Mi primer técnico fue Nelson Lequini, que hoy ya no está entre nosotros, después el profesor Eduardo Mazzarino, quien hizo un trabajo muy bueno en las inferiores de Salto Nuevo, el ‘Enano’ Suárez también. Quien con 15 años me hizo debutar en primera fue Jorge Díaz, y al año siguiente me voy a jugar dos años en las inferiores de Peñarol de Montevideo».
«Antes fuimos a la escuelita a entrenar en Montevideo, Martín Araújo, Javier Silva y yo, para probarnos. Nos quedamos en la casa del ‘Bomba’ Cáceres, que era en Solymar. Fuimos a ‘Pinchincas’ en camino Carrasco, frente a donde tiene la cancha de entrenamientos Defensor Sporting. En ese entonces Peñarol tenía unas canchas de entrenamiento ahí. El técnico era Mario Saralegui, ayudante era el ‘Zurdo’ López. Ahí conocí a Carlos Bueno, al ‘Tony’ Pacheco, que se estaba por ir a Juventus, después estaba el ‘Rifle’ Pandiani, que se fue a Europa también, Gabriel Cedrés, Enrique De los Santos, Pablo Bengoechea. Después Saralegui me aprobó para que me quedara a hacer la pretemporada. Hice dos años en cuarta y también jugaba en tercera. Cuando me ascendieron para jugar en primera, no pude jugar porque había ido dos años a préstamo para jugar en inferiores, y para primera había que abonar otra plata en AUF, que fue lo que termina truncando mi carrera en el fútbol profesional. Me había ascendido Julio Ribas. De todas maneras, me quede con una experiencia muy linda de haber estado en Peñarol, haber estado en el profesionalismo, el tener un orden para los entrenamientos, doble horario, de mañana y de tarde, mientras que acá se practica una hora por día; el tener técnicos como Erardo Cóccaro, Mario Saralegui, que aparte de ser técnicos son un poco psicólogos, por la forma de motivar al jugador. A Saralegui le gustaban más los jugadores por su físico y yo era chiquito, Cóccaro era más táctico. Como todo, ya en esa época sino tenías un padrino era complicado, había muchos jugadores que llegaban recomendados del interior. Yo paraba en calle Magallanes entre Galicia y Cerro Largo; frente al Palacio Peñarol estaba la pensión para los jugadores del interior, donde conocí a Carlos Bueno, una linda amistad que hasta ahora seguimos teniendo».
«Tuve la oportunidad en el 2002 cuando Salto Nuevo estaba en la ‘B’, ser parte de ese gran equipo, retornamos a la ‘A’, anduve bien, hice goles, todo con la preparación que venía de Montevideo. Después seguí varios años con Salto Nuevo en la ‘A’ defendiendo el cuadro que siempre fui hincha, también muy lindo. Jugué en varias selecciones salteñas, la primera me convocó ‘Bochón’ Bordagaray. Defender la camiseta que representa al departamento es muy importante, creo que para todo jugador».
«Nunca me voy a olvidar el debut, en un clásico»
«Nunca me voy a olvidar de mi debut en primera con la camiseta de Salto Nuevo, justo en un clásico ante Ceibal en el Araújo, a estadio repleto. Cuando se sortea el fixture todo jugador mira cuándo enfrentamos a Ceibal. Fue una fiesta ese partido, terminamos empatando 1 a 1. Iban ganando ellos 1 a 0 y en el final el ‘Pulpa’ Martínez hace el gol del empate. Haber debutado en un clásico como visitante, de atrás… para mí fue el debut soñado. Ese mismo año me termino yendo a Montevideo; el ‘Enano’ Suárez me recomienda para que Rufino Cáceres, que era contratista, me lleve. Me hicieron entrenar en una escuelita que él tenía en Don Bosco, y de ahí a Montevideo».
«Era mi mejor momento, pero hay que ligar…»
«Cuando llegué (a Peñarol) fui el mejor ’10’ de cuarta división, el mejor de quinta fue el ‘Cebolla’ Rodríguez, por eso Ribas nos sube para formar parte del plantel de primera, entrenamos, incluso concentramos para enfrentar a Rentistas pero al final no juego porque no estaba habilitado por mi pase a jugar en primera. El ‘Cebolla’ tenía cinco amarillas, entonces termina debutando Mario Leguizamón y hace el gol de la victoria a Rentistas. Me perdí la gran oportunidad, si hubiera entrado yo en ese plantel no hubiera salido más, estaba en mi mejor momento. Venía de jugar en España, el torneo de L’Alcudia. Siempre iba la selección, pero en esa oportunidad había ido una sub-20 de Peñarol, yo anduve bien, hice goles. En ese equipo estaba Sergio Leal, Jorge Cazulo, Jorge Bava, Daniel Baldi, Mario Leguizamón, por nombrar los jugadores que llegaron a triunfar, pero me perdí la gran oportunidad. Fue la noche soñada de Leguizamón que hizo el gol. Después termina jugando en una selección uruguaya, se va a Europa. También en el fútbol hay que ligar para triunfar. Tuve ofertas de varios clubes de Montevideo, pero la situación era difícil, tenía que tener casa y comida, en ese entonces Rufino Cáceres no era un contratista que te pudiera dar todo y tuve que pegar la vuelta».
«Lo negativo en mi vida fueron los accidentes»
«Lo negativo de mi vida fueron los accidentes, el primero trabajaba en una farmacia y en el reparto choqué en 8 de Octubre y Errandonea, me quebré la cara y estuve en CTI. Al año siguiente iba a un baile y choqué, ahí fue mi accidente más grande, estuve un mes en CTI en coma, por eso después dejé joven el fútbol».
FÚTBOL SALTEÑO
«El fútbol salteño está trabajando muy bien en formativas, por eso se están yendo muchos gurises a Montevideo, espero que Salto FC se mantenga le va a hacer muy bien a muchos gurises, para llegar al profesionalismos sin tener que irse de acá y estar lejos de su familia».
LA CAMA DE BENGOECHEA
«Me pasó en un clásico de cuarta que jugamos en el Parque Central, íbamos perdiendo 1 a 0, entro en el segundo tiempo, me hacen un penal y terminamos 1 a 1. Me tocó concentrar con el plantel de primera, entrenamos de mañana, volvíamos a entrenar de tarde, entonces Julio Ribas me dice ‘conseguí lugar para dormir’, ahí habla con Rotundo o Cedrés, me dicen ‘vení que acá hay una cama libre, deja la ropa y acóstate ahí, descansá’, al rato llega Bengoechea, entra al cuarto y me dice ‘medio atrevidito el hombre, primer día que está acá y me quiere sacar la cama’, me había hecho una cachada, me mandaron a la cama de Bengoechea. Cosas que me quedaron para toda la vida. Un gran tipo Bengoechea, no me olvido los Puma que me regaló».
