jueves 1 de mayo, 2025
  • 8 am

Niños que crecen privados de atención o afecto podrían enfrentar dificultades considerables para enfrentar la vida

Alvaro Lima

Por Andrés Ferreira.
En entrevista con CAMBIO, el Psicólogo Bruno D’Angelo informó acerca de la importancia de las primeras experiencias de los niños y la importancia del acompañamiento de los padres en su proceso de aprendizaje para enfrentar la vida.
-¿Qué importancia tienen las primeras experiencias en los niños con sus padres?
-Las primeras experiencias de los niños son fundamentales para su estructura psíquica. Si estas experiencias se viven en un ambiente cuidado, habilitarán un entorno que fortalecerá su desarrollo y seguridad. Esto no refiere únicamente a la inexistencia de violencia en la familia, sino a mantener una presencia activa como referente, atención afectiva hacia los niños y evitar convivencias conflictivas. Asimismo, para fortalecer el autoestima, seguridad y autocontrol, los niños no solo deben pasar tiempo con sus referentes, sino que es indispensable que se sientan acompañados y valorados por quienes están a su alrededor. De esta forma, no basta con amar, sino que se sientan amados y no basta con estar, sino que ellos sientan que estamos, física y mentalmente, ya que de lo contrario se instauran sentimientos de vacío y abandono, acompañados usualmente de mucha confusión que les resulta sumamente difícil poner en palabras.
-¿Cómo se logra cumplir de buena manera en este sentido?
-En este sentido es beneficioso vernos como espejo de nuestros hijos para poder observar qué tipo de vinculo estamos construyendo con ellos, cuestionarnos si logramos disfrutarlos, si los priorizamos cuando llegamos a casa, como reaccionamos a sus comportamientos, la paciencia que tenemos o si nos cuesta enseñarles disciplina y marcarles límites claros. También, si nuestro tiempo con el teléfono es mayor al tiempo que le dedicamos a ellos, o si lo utilizamos cuando “estamos” con ellos. Mucho se lee y se habla de lo perjudicial de la exposición a la pantalla en niños, pero resulta importante saber que el uso que le demos como padres frente a nuestros hijos, resulta igual de perjudicial, ya que entre otras cosas los ubica en un segundo plano. La presencia activa permite conocerlos y reconocer sus necesidades, mientras que si esto no sucede será imposible identificarlas y auxiliarlos. El lugar que ocupan en la dinámica familiar y su relación con sus referentes es vital para la organización de los niños, impactando en su desarrollo cognitivo y afectivo. Por lo que si nuestros hijos crecen privados de atención, afecto o sobreprotegidos, con inseguridades o falta de oportunidades de auto realización, sus dificultades para enfrentar la vida serán considerables.
-¿Qué ocurre en las separaciones?
Desde un plano emocional, cuando existen rupturas y conflicto parentales son vividos de manera muy angustiante en los niños, desarrollando en muchos casos temores, aislamiento, inseguridades y comportamientos violentos. Debido a esto es necesario tener en cuenta que el mayor problema no es un divorcio o una separación de los padres, sino la manera en que estos lo gestionan y gestionan sus emociones. Si la mirada de los referentes en la ausencia o incluso en momentos dolorosos les transmite a los niños tranquilidad y sienten que el canal de comunicación está abierto para poder preguntar o hablar de lo que está sucediendo, los niños encontrarán sostén y respiro. Por otro lado, si esto no ocurre y encuentran en esas miradas desinterés, desconfianza y desvalorización, los niños no podrán identificarse, lo cual suele conducir a una búsqueda en el exterior de lo que no encuentran en un vínculo paterno/materno. Para finalizar, es fundamental dimensionar en profundidad el impacto de nuestra mirada y comportamiento en el desarrollo de nuestros hijos, principalmente en los primeros años de vida, sabiendo que al interactuar somos capaces de crear estructuras y vínculos sanos, que creará cimientos para nuestra futura y necesaria ausencia como padres.