
Por Andrés Ferreira.
En entrevista con CAMBIO, el Psicólogo Bruno D’Angelo informó acerca de la importancia de las primeras experiencias de los niños y la importancia del acompañamiento de los padres en su proceso de aprendizaje para enfrentar la vida.
-¿Qué importancia tienen las primeras experiencias en los niños con sus padres?
-Las primeras experiencias de los niños son fundamentales para su estructura psíquica. Si estas experiencias se viven en un ambiente cuidado, habilitarán un entorno que fortalecerá su desarrollo y seguridad. Esto no refiere únicamente a la inexistencia de violencia en la familia, sino a mantener una presencia activa como referente, atención afectiva hacia los niños y evitar convivencias conflictivas. Asimismo, para fortalecer el autoestima, seguridad y autocontrol, los niños no solo deben pasar tiempo con sus referentes, sino que es indispensable que se sientan acompañados y valorados por quienes están a su alrededor. De esta forma, no basta con amar, sino que se sientan amados y no basta con estar, sino que ellos sientan que estamos, física y mentalmente, ya que de lo contrario se instauran sentimientos de vacío y abandono, acompañados usualmente de mucha confusión que les resulta sumamente difícil poner en palabras.
-¿Cómo se logra cumplir de buena manera en este sentido?
-En este sentido es beneficioso vernos como espejo de nuestros hijos para poder observar qué tipo de vinculo estamos construyendo con ellos, cuestionarnos si logramos disfrutarlos, si los priorizamos cuando llegamos a casa, como reaccionamos a sus comportamientos, la paciencia que tenemos o si nos cuesta enseñarles disciplina y marcarles límites claros. También, si nuestro tiempo con el teléfono es mayor al tiempo que le dedicamos a ellos, o si lo utilizamos cuando “estamos” con ellos. Mucho se lee y se habla de lo perjudicial de la exposición a la pantalla en niños, pero resulta importante saber que el uso que le demos como padres frente a nuestros hijos, resulta igual de perjudicial, ya que entre otras cosas los ubica en un segundo plano. La presencia activa permite conocerlos y reconocer sus necesidades, mientras que si esto no sucede será imposible identificarlas y auxiliarlos. El lugar que ocupan en la dinámica familiar y su relación con sus referentes es vital para la organización de los niños, impactando en su desarrollo cognitivo y afectivo. Por lo que si nuestros hijos crecen privados de atención, afecto o sobreprotegidos, con inseguridades o falta de oportunidades de auto realización, sus dificultades para enfrentar la vida serán considerables.
-¿Qué ocurre en las separaciones?
Desde un plano emocional, cuando existen rupturas y conflicto parentales son vividos de manera muy angustiante en los niños, desarrollando en muchos casos temores, aislamiento, inseguridades y comportamientos violentos. Debido a esto es necesario tener en cuenta que el mayor problema no es un divorcio o una separación de los padres, sino la manera en que estos lo gestionan y gestionan sus emociones. Si la mirada de los referentes en la ausencia o incluso en momentos dolorosos les transmite a los niños tranquilidad y sienten que el canal de comunicación está abierto para poder preguntar o hablar de lo que está sucediendo, los niños encontrarán sostén y respiro. Por otro lado, si esto no ocurre y encuentran en esas miradas desinterés, desconfianza y desvalorización, los niños no podrán identificarse, lo cual suele conducir a una búsqueda en el exterior de lo que no encuentran en un vínculo paterno/materno. Para finalizar, es fundamental dimensionar en profundidad el impacto de nuestra mirada y comportamiento en el desarrollo de nuestros hijos, principalmente en los primeros años de vida, sabiendo que al interactuar somos capaces de crear estructuras y vínculos sanos, que creará cimientos para nuestra futura y necesaria ausencia como padres.