Por Carlos Silva
A lo largo de la historia la sociedad Uruguaya es reconocida por sus valores y principios, así como por su tolerancia frente a hechos que quizás otros reaccionan de manera distinta. La política de nuestro país es parte de esa sociedad y, por ende, esos mismos conceptos se han cultivado y transmitido de una generación a otra, a lo largo de la historia.
Nosotros en la actividad política siempre hemos tenido la premisa de la mano tendida y apoyar las buenas ideas, sin importar de donde vengan. Nunca pusimos en la balanza los costos políticos de nuestras decisiones o actitudes si estamos convencidos que son lo mejor para la mayoría y así pretendemos seguir actuando.
Pero lamentablemente algunas cosas están cambiando, hoy estamos viviendo en una sociedad menos tolerante y esto se ha transferido a parte del sistema político, donde algunos han elegido el camino del vale todo y no lo podemos permitir sino, perderemos más de un siglo de historia y la trayectoria, junto con la reputación de Uruguay a nivel mundial.
Ya lo hemos advertido en distintas oportunidades y vemos con suma preocupación la actitud que ha tomado gran parte del Frente Amplio, sobre todo parte de su dirigencia al momento de contraponer posiciones con el gobierno. Desde el comienzo de este periodo de han opuesto a casi todo y han mantenido una actitud combativa de manera constante, llegando a extremos de utilizar el engaño y la manipulación de la realidad, como estrategia.
No podemos desconocer los episodios de los cacerolazos en plena pandemia, a 30 días de asumido el gobierno, del pedido cuarentena obligatoria, de que las vacunas no iban a llegar o que el plan de vacunación no servía, o de la cobarde actitud de algunos, que adoctrinaban sobre cómo generar miedo en la población, diciendo que el sistema de salud iba a colapsar.
Tampoco se puede olvidar que cuando se vota la LUC, inmediatamente se ponen a juntar firmas para intentar derogarla. Encaran una campaña de mentiras y engaños, con el objetivo de dividir a la sociedad, pero la ley fue respaldada por la mayoría y ninguna de las catástrofes que anunciaron sucedieron. Capítulo aparte seria cuando utilizaron la crisis hídrica para hacer política, dijeron que iban a nacer niños con malformaciones por esta situación.
Estos son solo algunos ejemplos del tipo de militancia que ha tenido el Frente Amplio en lo que va del periodo y no nos daría el espacio, para enumerarlos uno por uno. A todo esto, debemos sumarle que siempre conto con el apoyo incondicional del PITCNT quien dejó caer su careta y quedo al descubierto que es el brazo político sindical de la oposición.
Ya terminando el año, pero arrancando fuerte la campaña electoral, creo que quienes tenemos algún tipo de responsabilidad política o simplemente, quienes quieren defender al gobierno, debemos seguir el ejemplo que quien nos ha guiado hasta ahora, el Presidente Lacalle Pou.
Con respeto y mirando de frente, siendo bien claros al momento de enfrentar a quienes eligieron el camino del agravio y la mentira, demostrarles que no vamos a permitir que sigan por ese camino. Todo debe tener un límite y ya no admitiremos esas actitudes, no nos callaremos mas, porque con la verdad, nada temo.
