
Quizás a las abuelas o la gente del campo se las escuche hablar sobre el “Negrito Pastoreo” y la creencia de encenderle un cigarrillo negro en su honor para que les ayude a encontrar un objeto perdido. Leyenda o realidad, una historia que muchos desconocen. ¿Quién fue el “Negrito Pastoreo” y porqué aún en el campo perdura la creencia de sus apariciones que lo han transformado en una leyenda afrocristiana?
LA LEYENDA
Durante la época de la dominación española, cuando las primitivas estancias carecían de alambrados divisorios y su vastísima área estaba delimitada naturalmente por arroyos y ríos, vivió en una de ellas un negrito esclavo cuya tarea era cuidar de las ovejas que integraban la hacienda del establecimiento. Durante el día las llevaba de un lugar a otro, a la manera de los pastores europeos y asiáticos buscando que se alimentaran mejor, aquellas zonas donde las pasturas eran más tiernas. Y antes de que oscureciera las conducía hasta la espesa arboleda donde acostumbraban a pernoctar al amparo de lluvias y vientos. Cierta tardecita se entretuvo el niño saboreando pitangas en el monte y al regresar lo sorprendió la noche en el camino. Una noche de tormenta donde para colmo de males se le extravió una oveja y fue precisamente una oveja negra como él, la única de ese color que había en la majada y la preferida de su patrón.
AZOTADO HASTA MORIR
Cuando el patrón se enteró de lo ocurrido, mandó a azotar al pequeño pastor para luego enviarlo herido y dolorido en busca del animal extraviado, con la orden terminante de no retornar sin él. La noche se había vuelto aún más tenebrosa y encontrar en tales circunstancias una oveja negra parecía cosa imposible. Sin embargo el negrito regresó con la oveja perdida antes del amanecer, extenuado y sin fuerzas y antes de entregar la oveja su patrón un rayo lo mató.
CREENCIA Y APARICIONES
La creencia en el “Negrito Pastoreo” se ha hecho fuerte entres las charlas de los paisanos y algunos aseguran que se aparece en medio del campo acompañando a quienes arrean las ovejas y la noche los sorprende. Nunca se supo que fue lo que ayudo al niño a hallar una oveja negra en medio de una noche oscura y tormentosa. Su muerte llevó ese secreto a la tumba y aseguran que algo mágico lo ayudó. Pero lo cierto es que desde entonces -según afirman con ingenua convicción nuestros paisanos- cuando pierden algún objeto en el campo le encomiendan la búsqueda al servicial “Negrito Pastoreo”, encendiéndole un cigarrillo negro para que así pueda ver mejor entre las sombras nocturnas, pues es siempre por la noche que realiza sus fabulosos hallazgos.