martes 22 de octubre, 2024
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Lo que el instinto demanda

Armando Guglielmone
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Armando Guglielmone

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Los perros de Armando

Por Armando Guglielmone

Instructor canino – educador etólogo

Venta de ovejeros alemanes de pedigrí

Contacto y/o sugerencias: 098 539 682

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Los perros, y en especial, el tipo de perros que las personas tienen, puede estar condicionado por factores como los ingresos económicos, el espacio que tenemos para él, el tiempo para dedicarle, gustos estéticos o incluso si preferimos de raza o sin ella. Pero hay uno que es el que siempre ha estado presente a lo largo de la historia y define como se sienten las personas respecto al lugar donde viven, y este es el perro de guardia y/o protección. Para ponerlo en simple, si vivimos en una sociedad segura o en el que las personas al menos se sienten seguras, la necesidad de tener un perro que nos proteja no parece ser una prioridad. En países en los cuales las personas tienen la sensación de sentirse protegidos o en zonas de ciudades consideradas más seguras, las personas eligen perros de compañía, si es que quieren perros. El clásico exponente de este tipo de perro es el Golden Retriever, considerado en Estados Unidos el representante típico del estado de bienestar, del American way of life. Funcionan casi como un medidor de la seguridad de la zona donde están. Y he notado, ya hace un buen tiempo, que acá se está dando ese mismo fenómeno. En las zonas de la ciudad donde hay mayor percepción de seguridad las personas tienden mayoritariamente a tener perros más bien de compañía, sin importar si son de raza o no. Aparte de los ya conocidos mestizos, abundan los bulldogs, “salchichas “y, cómo no, Golden Retrievers. Esto en sí obviamente no es malo, indica que la seguridad existente es al menos aceptable, pero para los que amamos los perros de protección se extraña ya no solo verlos sino también, en mi caso, formarlos como perros de seguridad. Es que incluso gente que tiene perros tal vez con la capacidad para esta tarea, elige no hacerlo pues han querido ese perro por su aspecto nada más, es como esas personas que se compran una enorme camioneta para salir a pasear por la costa pues no tienen ninguna tarea para ella que no la cumpla un auto. Están obviamente en todo su derecho, pero siempre te queda esa sensación de: “Que desperdicio”. Es que una raza, o, mejor dicho, un perro con capacidades para una tarea específica, como en este caso, la protección, será más feliz y equilibrado si puede liberar su energía de una manera que le resulta natural. Bien adiestrado, sentirá que tiene una tarea que hacer que lo mantendrá ocupado usando sus instintos en una tarea que le resultará natural, disminuyendo los comportamientos asociados al estrés, como ansiedad o destrozos. No necesariamente tiene que estar ligado a si vivimos en un lugar inseguro, es una necesidad de estos perros seleccionados aparentemente para esta tarea, porque no todos darán la talla al trabajo, pero los que, si la den, se sentirán plenos ejerciendo la función que sus instintos demandan, protegiéndonos a nosotros o a nuestros bienes.