Cinco años “Sumando Esperanzas”: de 50 comensales al principio a 410 en la actualidad entre adultos y niños

Por Andrés Torterola
El merendero “Sumando Esperanzas”, ubicado en el barrio Federico Moreira, celebró su quinto aniversario desde su creación. Nació en medio de la crisis provocada por la pandemia de covid-19, que afectó profundamente a la comunidad y agravó el desempleo en la zona. A lo largo de estos años, se ha convertido en un espacio fundamental de apoyo y contención para muchas familias, ofreciendo asistencia a quienes más lo necesitan.
PRIMERAS ETAPAS
La referente del merendero, Rosalía Rodríguez, recordó los inicios de “Sumando Esperanzas” y cómo, en sus primeras etapas, brindaban asistencia a 20 niños y 50 adultos mayores. En aquel entonces, la comida se preparaba en una olla de 50 litros, con recursos propios y el apoyo de su familia. Poco a poco, la iniciativa fue recibiendo la colaboración de vecinos, comercios locales y diversas personas solidarias. Entre quienes contribuyeron, destacó el compromiso del Padre José, de la Iglesia Católica, así como el aporte de propietarios y trabajadores de chacras, quienes se sumaron para sostener el funcionamiento del merendero en los momentos más difíciles.
410 COMENSALES
Con el paso del tiempo, la demanda en el merendero fue creciendo, y cada vez más vecinos en situación de alta vulnerabilidad comenzaron a acudir en busca de un plato de comida. Familias enteras encontraron en “Sumando Esperanzas” un lugar de apoyo fundamental. Ante esta creciente necesidad, fue imprescindible ampliar la capacidad de la cocina, lo que llevó a la incorporación de una olla de 380 litros, que es la que se utiliza en la actualidad. Hoy en día, el merendero atiende a 100 niños y un total de 410 comensales, entre ellos adultos mayores, jóvenes y familias enteras que dependen de este espacio para su alimentación. A medida que el mes avanza y los recursos en los hogares escasean, la cantidad de personas que se acercan en busca de ayuda aumenta significativamente, reflejando la importancia del trabajo solidario que allí se lleva adelante.
LAZOS SOLIDARIOS
Rodríguez destacó que, “con el tiempo, el merendero comenzó a recibir también a vecinos de otros barrios, lo que evidencia la creciente necesidad de asistencia alimentaria en la comunidad. Actualmente, la olla funciona dos veces por semana, los lunes y jueves, jornadas en las que se preparan tanto la merienda como la cena. En cada encuentro, las propias familias colaboran activamente en la preparación de los alimentos, ayudan a pelar verduras y frutas para los licuados, organizan los ingredientes y participan en la logística del reparto. La merienda y la cena se entrega para que cada familia pueda llevarla a su hogar. Más allá de la asistencia alimentaria, esta dinámica también tiene un objetivo social, fomentar la colaboración y el sentido de comunidad. La participación activa de los vecinos permite que todos tomen conciencia del esfuerzo necesario para alimentar a tantas personas y, al mismo tiempo, fortalece los lazos solidarios entre ellos”, concluyó Rodríguez.